Ir a Inglaterra y no comer un fish and chips es como ir a cualquier bareto y no pedir una tapa...difícil no? Pues eso, que hay que cumplir aunque sea una vez con las costumbres típicas de un país. Tengo que reconocer que a mí me costó lo mío comerme uno en condiciones y cumpliendo con todas las tradiciones de llenarte de grasa hasta los codos, mojar bien las patatas con vinagre y pringarte de la tinta del papel de periódico con que lo envuelven. Hay cien mil tiendas pero no en todas uno puede disfrutar de una gran experiencia pescadil , pero eso pasa en todas partes, sobre todo en las zonas turísticas. El mejor sitio dónde he comido un fish and chips era en el pueblo dónde yo vivía. Tenía doscientos mil cuadros con premios a la mejor fritura, a las mejores patatas y al mejor fish and chips de Gran Bretaña ...ante tanto bombo imposible que estuviera malo. Y qué verdad decían todos esos premios!! Lo mejor era pedir una buena ración, acompañarlo con el puré de guisantes y un huevo cocido avinagrado... salías de allí rodando, pero feliz y encantada de la vida. También os digo que era la mejor manera de comer pescado porque era complicadillo comprarlo y encontrarlo de buena calidad. Era curioso ir a la pescadería y no encontrar ni una sola pieza entera, todo cortado en filetes sin piel , ni escamas ni espinas...quién es el majo que puede adivinar la frescura del pescado en esas condiciones?? Imposible!! Como siempre, me hice amiga del pescadero del pueblo y de debajo del mostrador me sacaba cabezas de rape y merluza y me las regalaba porque nadie las quería porque les daba asco ver los ojos del pobre pescado. Nada que reprochar, si no hay cultura de pescado normal que no les guste verles la cara. El hombre ponía una cara de felicidad cuando nos veía entrar porque intercambiábamos recetas, me guardaba el mejor género y se llevaba una buena parte de nuestro salario jajajaja, se cambió el coche mientras estuvimos allí jajajaja , porque esa era otro tema, el dichoso precio. Eso me pasa aquí en Suiza, es todo caro pero el pescado y mariscos se llevan la peor parte. Así que cuando tengo la suerte de ir a casa, me voy al mercado al puesto de confianza y allí me cargo de rape, merluzas, pez de roca y tropecientas cosas más y cuando llego a casa, lo envaso al vacío y lo congelo. Sé que pueda sonar a pecado mortal, pero es la única manera que tengo de comer pescados de calidad y frescos a un precio normal y sin que me tomen el pelo. Es que estoy cansada de ver pescadillas con los ojos mirando para Praga y pidiendo por favor que las entierren ya en el hielo para no pasar más vergüenza...pobrecillos!.
El secreto de esta receta no es otro que la calidad del pescado y las patatas, nada más, tan simple como eso. Lo normal es usar bacalao o abadejo, pero vamos que cualquier pescado blanco os puede ir perfecto. Y en cuanto a las patatas que sean de esas buenas, no harinosas, especiales para freír. Otro secreto del éxito es el aceite, yo me he asegurado la jugada con un aceite de calidad como son los Aceites Calderay, tiene un sabor increíble, crudo es una maravilla, como ingrediente de un pastel ( ya os pondré la receta) es delicioso y para freír perfecto. Es el mejor de los aceites.
Otro truco es la temperatura de la fritura, primero pochar las patatas a 160°C y cuando están tiernas y blanditas en el interior, retirarlas, subir a 190°C y dejar que se doren y queden crujientes en el exterior. Y el último truco que es el más importante de todos es.....disfrutar con los amigos y la familia, reír mucho, mancharse mucho más, pringarse y oler a vinagre todo el día!! Eso es lo que más me gusta de todo. Hay muchas recetas, pero yo soy fiel al cocinero más gamberro, guarrete ( hay que reconocer que lo suyo no es la higiene) y simpático de toda Inglaterra, no es otro que Jamie Oliver, el hombre me encanta y sus recetas funcionan. Vamos a ponernos con la receta no? Adelante!
INGREDIENTES
* 300g pescado blanco en filetes
* 225g harina blanca y un poco más extra
* 280ml cerveza fría
* 3 cucharaditas de levadura química
* sal y pimienta
* 1kg de patatas
* vinagre de vino tinto
* limón, pepinillos en vinagre
* aceite de oliva virgen extra Calderay
ELABORACIÓN
1. Pelar y limpiar las patatas. Cortarlas en gajos grandes y ponerlas a cocer en agua hirviendo salada durante 5 minutos. Escurrirlas y dejar que se templen . Pochar los gajos de patatas en aceite durante 10 minutos a 160°C, retirar del fuego, subir la temperatura a 190°C y devolverlas a la sartén, dejarlas hasta dorar y que estén crujientes. Retirar sobre papel absorbente, salar.
2. Preparar la masa de rebozado mezclando la harina con una pizca de sal, un chorrito de vinagre y la cerveza, mezclar bien hasta obtener una masa espesa parecida a la de los creps. Meterla en la nevera.
3. Salpimentar los filetes de pescado, pasarlos por harina , retirando el exceso, de ésta forma se adherirá mejor la masa de rebozar. Pasar los filetes enharinados por la masa, que queden bien empapados retirando el exceso, freír en abundante aceite a 190°C, de dos en dos para no bajar la temperatura del aceite y dejar dorar unos 4-6 minutos, hasta que estén dorados y crujientes. Retirar sobre papel absorbente y mantener en una rejilla del horno mientras se hacen las patatas a 160°C.
4. Servir sobre papel de periódico, salpimentar al gusto y si quieres ser un auténtico británico aliñar el pescado y las patatas con un chorrito de vinagre. Acompañar con pepinillos y cebolletas en vinagre.
Habéis visto que crujiente queda la masa? Y lo mejor, el pescado queda suave, en su punto y jugoso en su interior...me está entrando un hambre increíble. Que os aproveche!!