En la cocina Typical Spanish de este mes nos han dejado un respiro (celebrando la llegada del verano y de las vacaciones) y podemos hacer una receta de cualquier parte del mundo, no es necesario que sean platos típicos de España.
Si quereis ver lo que han hecho mis compas pincha AQUÍ.La cuestión es que tenemos que elaborar un plato típico de un país o zona que hayamos visitado viajando y que hayamos tenido alguna anécdota en él ¿anécdota? Pero si yo nunca he tenido un viaje sin anécdotas ¿Cuál elijo? cada viaje es una anécdota o más desde el día que con mis hijas pequeñas y nuestros amigos con su hija pequeña llegamos a Tudela, me había equivocado de día y la reserva estaba hecha para otro día. Encima, había una convención de motoristas en Tudela y no cabía un alfiler. Otra vez en un barco en el que fuimos a una isla en Croacia, se me perdió mi hija mayor con 8 añitos, el vecino incordioso de Viena, el ataque de los mosquitos en una isla de Finlandia, el alojamiento perdido en Estonia, la picadura de una medusa a mi hija pequeña en Italia, cerca de San Marino, rotura de la silla de niño hipernecesario en Lisboa, mareo-borrachera por el vaivén del barco en Tenerife yendo a ver delfines y tantas y tantas y tantas ¿cuál elijo? Al final he decidido contar una anécdota bastante reciente de nuestro viaje familiar (los cuatro) a Londres, que hicimos el año pasado en Navidad, bueno la Navidad del 2015 al 2016.
No ha sido el último viaje pero la aventura merece la pena ser contada. Y voy a ello: habitualmente cuando viajamos y cogemos coche de alquiler solemos coger el seguro a terceros justito o como mucho cogemos franquicia. Pero no sé qué santo nos iluminó en este viaje, que cogimos seguro a todo riesgo. Seguramente tuvimos miedo por el tema de que se conduce por la izquierda, y eso da un poco de yuyu. Pues bueno, cogimos nuestro cochecito y nos fuimos a recorrer Londres y alrededores. Y llegó el día en que íbamos a hacer una excursión a Stonehenge, con nuestras entradas compradas y nuestra comida preparada. Eran las 7 de la mañana, de diciembre ¡Un frío! Salimos de casa y vimos el coche: el cristal completamente helado, nos metimos y pusimos la calefacción y esperamos un poco. ¡Pero poco! Cuando decidimos que ya habíamos esperado bastante, arrancamos el coche y nos fuimos no se veía un pimiento, oscuro, cristal empañado y conduciendo por la izquierda ¡total! Aún estábamos en Londres y mi marido decidió parar hasta que se despejase un poco el cristal volantazo y hacia el arcén ¡Pum! Golpe con la rueda en el bordillo y consiguiente reventón. Pero además, reventón reventón un siete en la rueda ¡Horror! ¿Qué hacemos? No sabemos hablar bien ingñés ¿cçomo vamos a llamar por teléfono? y es más ¿A quién llamomos? Pues, nada, a cambiar la rueda Nos pusimos manos a la obra buscamos el manual de instrucciones y chapurreando el inglés, mejor dicho siguiendo los dibujitos del manual localizamos la rueda y el gato. Yo creo que allá por el siglo XX cambiamos una vez una rueda ¿Quién se acuerda cómo se hace? ¡Ninguno de los dos! Miramos el gato ¿Esto dónde se pone? No sé. Decide tú que a mí me da risa. Al final miramos por debajo del coche y localizamos una especie de argolla debajo de la puerta del conductor. Allí lo pusimos. Le dimos a la manivela, y sí, parece que sube, tira más, sí, se levanta un poco, tira un poco más, pero no termina, un poco más. y cuando me dí cuenta ¡habíamos puesto el gato fuera de la argolla y estábamos haciendo presión sobre la chapa de la puerta. No se estaba levantando el coche sino que la puerta del conductor se estaba arrugando. ¿podemos ser más torpes? Total, bajamos el gato y volvimos a ponerlo en la argolla (esta vez bien). Esta vez conseguimos subir el coche y cambiar la rueda. La puerta tuvimos que abrirla haciendo una fuerza increíble y después no cerraba bien. Nos olvidamos de Stonehenge y nos dirigimos a Londres, a la oficina de la compañía de seguros. Y nada, cuando el operario miró los “desperfectos” se echó las manos a la cabeza rueda, chapa, puerta en fin. En la compañía nos dijeron que no teníamos que pagar nada pero yo, como tengo una curiosidad malsana le pregunté: “¿Y güizouz asegurance?” (este es mi nivel de inglés). El inglés me entendió inmediatamente y me dijo que 600 libras esterlinas sólo la rueda. Glup!!! Menos mal que llevábamos seguro a todo riesgo porque si no se hubiesen acabado las vacaciones.
Así que inspirada en el viaje a Londres decidí preparar una de las pocas comidas ricas de Londres: FISH & CHIPS. Y para esta receta me he copiado del pescado de Rosalía del blog de Rossgastronómica. Que es una compañera de distintos retos que tiene cositas muy ricas. En este blog nos cuenta un poco la historia de este plato, del que paso a haceros un breve resumen
Os cuento un poco de vocabulario: Fish & chips, coloquialmente conocido como Fish´n´chips en Inglaterra, en Escocia se denomina también Fish supper. Popularmente a los establecimientos que sirven Fish & Chips se les denomina para abreviar CHIPPY.
¿Cuál es su origen? Este es un plato de comida rápida originado en el Reino Unido, de procedencia incierta, Jaime Oliver asegura que su procedencia es Judía. No se sabe exactamente desde cuando existe este plato en Inglaterra, pero allá por 1838, Charles Dickens, menciona un establecimiento para freír pescado ( fried fish warehouse) en su novela Oliver Twist
¿Qué lleva? El plato consiste en pescado de diferentes tipos, los más comunes, el bacalao, lenguado y merluza, pero el más usado y popular es el bacalao. El pescado se pasa habitualmente por un rebozado de harina y huevo, para posteriormente pasar por una rápida fritura que le dará el punto crujiente. Yo no he usado huevo.
Los fish & chips siempre van acompañados de patatas fritas (las Chips).
¿Y la globalización le ha afectado? Pues mira, cualquiera que coma fish & chips tendrá un recuerdo a un plato genial de nuestra cocina española y más concretamente en Andalucía es muy típico y por cierto allí lo bordan el "PESCAITO FRITO" que además también se comer por la calle servido en un cucurucho de papel. Igual igual.
Esta receta me ha gustado mucho porque el rebozado queda genial, suave, crujiente. Está hecho a base de cerveza bien fría, harina y miel. Como si fuera una tempura. Y curiosamente no lleva huevo y queda de muerte, muy esponjoso. Y el toque de miel es estupendo.
Os traigo además una receta de patatas fritas que quedan muy muy crujientes ¿el secreto? Que las he hervido un poco y luego paso a freírlas. Os debo decir que esta técnica también la utilizo para hacer las patatas bravas, y quedan geniales porque quedan con el interior blandito y la parte de fuera bien crujiente. Así la patata queda muy crujiente
Ingredientes para 4 personas
4 filetes grandes de pescado blanco (merluza, bacalao panga, fletán...). Yo utilicé bacalao
170 mililitros de cerveza rubia fría
120 gramos de harina de trigo
1 cucharada de miel
2 patatas grandes
Aceite de oliva virgen extra
Pimienta negra molida
Sal
Elaboración
PATATAS FRITAS
Cortamos las patatas en bastones gruesos y largos. Soy Mari-cocinitas y me encantan los cacharros de cocina. Muchos de ellos son inútiles pero el de la foto os servirá de mucha ayuda porque en dos minutos tenéis una fuente de patata cortada.
En un cazo con agua hirviendo las ponemos a cocer durante unos 10 minutos hasta que estén tiernas, pero que no lleguen a romperse.
Las dejamos enfriar en el agua unos 15 minutos.
Escurrimos Hacemos una fritura a fuego fuerte (180-200ºC) un par de minutos, para que queden muy crujientes y tiernas por dentro.
Dejamos escurrir el exceso de aceite colocando las patatas en papel absorbente
y añadimos sal y pimienta negra al gusto.
PESCADO REBOZADO
Cortamos en tiras el pescado, sin ninguna espina.
Si te apetece, también puedes dejar los filetes de pescado enteros. Añadimos sal y pimienta.
Preparamos el rebozado mezclando bien en un cuenco cerveza rubia muy fría (170ml.) con 120 gr. de harina y una cucharada colmada de miel.
Calentamos abundante aceite de oliva en una sartén a fuego fuerte (180ºC).
Preparamos un platito de harina y vamos pasando cada tira de pescado por harina, y luego la mojamos en el rebozado.
Escurrimos bien el exceso de rebozado y freímos unos dos o tres minutos el pescado.
Por último lo dejamos escurrir el exceso de grasa en papel absorbente.
Mi opinión:Aunque sea frito y algo calórico, decir que es mucho mejor que todos los palitos de pescado rebozados que te venden ya preparados, más gustoso, más crujiente y no cuesta nada de preparar. Espero que disfrutéis de esta receta de Fish & Chips que está tan rica.