Hoy os presentamos una típica receta de flan de huevo, como la de toda la vida, pero con un toque muy novedoso y original: leche de coco. La leche de coco es un producto fácil de conseguir, hoy día tenemos en los supermercados y grandes superficies una gran variedad de productos típicos de otros países y culturas que hasta hace relativamente poco eran bastante desconocidos para nosotros. Ahora que tenemos la suerte de poder disfrutar de ellos, podemos experimentar e incorporarlos a nuestras clásicas recetas de siempre para darles nuevos sabores y texturas, sin duda una forma exquisita de enriquecer nuestra cocina. La leche de coco se suele vender en lata, con lo que durará mucho en nuestra despensa, esperando a ser utilizada en algún postre, o ¿por qué no en algún plato salado? en la cultura asiática se utiliza mucho para salteados, pastas, etc. La idea de la receta surgió sobre la marcha en el propio supermercado cuando vi la leche de coco, inmediatamente pensé en un delicioso flan cocido lentamente al baño María. Un par de días más tarde, dando un paseo por Madrid, vi que en una tienda gourmet vendían frutas deshidratadas a modo de chips, y cuando vi los de fresas pensé en la buena pareja que haría con el flan y el contraste de sabores, así que las machaqué en el mortero, y el resultado es incomparable, tanto visualmente como en el paladar.
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