La historia de esta focaccia sin amasado muchos ya la conocéis porque la he contado en mis Redes Sociales. Resulta que hace un par de fines de semana fui a comer a un restaurante italiano en Madrid con muy buena pinta (se dice el pecado pero no el pecador). Al entrar la sensación fue muy buena, una bonita decoración estilo trattoria italiana tradicional y unos camareros atentos. La carta pintaba no está mal, poquitos platos pero te podías apañar…
Siempre que voy a un restaurante me suelo fijar qué están comiendo las mesas de alrededor para hacerme una idea de los platos y el tamaño de las raciones. Vi bastantes platos de pasta cuyas raciones me parecieron justas tirando a pequeñas, y vi pizzas que me gustaron bastantes, pero no vi entrantes, así que a la hora de pedir los entrantes optamos por cosas conocidas y a mi me encantan las Focaccias!!! Estos panes crujientes y esponjosos a la vez son mi perdición y más si se acompañan de algún queso o similar…. cuál fue mi sorpresa al ver que lo que nos trajeron como focaccia era la misma masa de las pizzas con un chorro de aceite por encima y ajo en polvo…decepcionante…. teniendo en cuenta, además, que las bases de las pizzas eran las típicas italianas que son muy muy finas, casi como un papel, y extra crujientes… muy lejos de las focaccias tradicionales que todos conocemos….
Esto para mi fue toda una decepción… y más teniendo en cuenta que como segundo plato me esperaba una pizza con la misma base…. la realidad es que acabé un poco cansado de comer lo mismo de entrante de primero y el resto de platos que pidieron mis amigos no fueron mejores… así que un sitio al que no volver….
Cuando me pasan este tipo de cosas, me suelo quedar con una espinita clavada que sólo se me quita si como el plato bien preparado… y así es como acabo muchas veces preparando yo mismo los platos en casa como pasó con la receta de tiramisú que os traje al blog hace un par de veranos…
Así que, aprovechando que este fin de semana tenía amigos en casa a cenar, me puse manos a la masa y preparé esta deliciosa Focaccia sin amasado que os dará poco trabajo y muy buenos resultados.
Las recetas de Foccacias que yo conozco suelen llevar largos periodos de levado y un buen trabajo de amasado, pero en esta ocasión quería traeros algo que fuese fácil de hacer y que no llevase mucho tiempo, ya que normalmente la focaccia la suelo preparar como parte de un menú más completo y que ya me va a dar mucho trabajo. En mi recetario me gusta tener tanto recetas muy elaboradas como otras más sencillas que nos den un resultado bueno y nos faciliten la vida.
Espero que os guste!
Focaccia sin Amasado
Receta y elaboración paso a paso de focaccia sin amasado. Receta fácil de pan italiano con ajo y romero
470 gr Harina de fuerza
380 gr Agua tibia
15 gr Levadura Fresca
9 gr Sal
10 gr Aceite de Oliva virgen Extra
Para la Superficie
2 dientes de Ajo
Romero Fresco
Sal Gruesa
6 cda Aceite
2 cda Agua
Disolvemos la levadura en el agua tibia.
Agregamos la sal y el aceite y lo batimos ligeramente hasta integrar
Añadimos la harina y mezclamos con una cuchara de madera hasta que se integre en la mezcla y no veamos harina. Quedará una masa grumosa
Tapamos con un paño y dejamos reposar 20 minutos. Pasado este tiempo plegamos las esquinas hacia adentro como si cerrásemos un sobre. Lo hacemos por las cuatro esquinas y finalmente damos la vuelta a la masa para que las esquinas que hemos plegado queden hacia abajo.
Repetimos el proceso anterior 2 veces más. Empezando con 20 minutos de reposo y después el plegado.
Después del tercer plegado dejamos reposar la masa en un recipiente engrasado con aceite hasta que mímino doble su tamaño, aunque recomiendo que llegue casi a triplicar. Unas 3 horas.
Colocamos un papel de horno sobre una bandeja. Echamos un buen chorro de aceite sobre todo el papel de horno (unas 4 de las 6 cucharadas de aceite que tenemos reservadas) y volcamos la masa encima. La estiramos formando un rectángulo sobre el papel de horno usando nuestros dedos. Nunca un rodillo. Buscamos que se desgasifique lo mínimo posible
Precalentamos el horno a 250 grados. Cortamos los ajos en bastoncillos.
Aparte emulsionamos 2 cucharadas de aceite con 2 de agua y lo echamos sobre la focaccia
Repartimos por la superficie los bastoncillos de ajo. También agregamos Sal gorda y Romero al gusto.
Bajamos el horno a 200 grados y colocamos la focaccia en la parte baja del horno. Calor arriba y abajo. Horneamos hasta que se dore y esté crujiente. Unos 30 minutos