La focaccia es un plato tradicional de la cocina italiana, muy relacionado con la pizza. Es una especie de pan plano cubierto de hierbas y otros productos alimenticios. A diferencia de la pizza, no suele llevar salsa de tomate, sino que se aliña con aceite de oliva, yo la he preparado para el reto #elpanperfecto, aunque con un poco de retraso.
Ingredientes para la masa:
350 gr de harina de fuerza
200 mililitros de agua tibia
2 cucharadas de aceite de oliva
1/2 cucharada de sal
7 gr de levadura seca
Ingredientes para el relleno:
3 cucharadas de aceite
2 cebollas
un ramillete de romero
sal
Preparación:
Para los que dispongan de panificadora, ponemos primero en la cubeta los ingredientes líquidos, el agua, el aceite, a continuación la sal y la harina. Seleccionamos el programa 7 y lo amasamos y dejamos fermentar durante una hora.
Para amasar a mano, mezclamos la harina con la sal, añadimos la levadura, el aceite y el agua, mezclamos todo bien y lo dejamos reposar en un cuenco durante 15 minutos. Nos engrasamos las manos con aceite y la amasamos haciendo varios pliegues. Repetimos esta operación tres veces, cubrimos la masa con un film transparente y dejamos reposar durante una hora.
Forramos una bandeja de horno con papel sulfurizado, colocamos la masa sobre la bandeja y la vamos estirando con las yemas de los dedos hasta que consigamos mas o menos un grosor de un centímetro.
Precalentamos el horno a 200 grados con calor arriba y abajo.
El relleno lo preparamos de la siguiente manera: Ponemos aceite a calentar en una sartén y freímos la cebolla cortada en juliana, a fuego lento, hasta que se vea dorada (esta preparación del relleno la vamos haciendo mientras reposa la masa).
Cubrimos la masa ya extendida con la cebolla y unas ramitas de romero, la metemos al horno y la mantenemos durante unos 20 minutos.