Siempre he querido, mejor dicho he procurado transmitir y compartir mis aficiones con mis hijos, el mar, viajar, el deporte, las artes (cine, música, pintura, arqueología….), la lectura, en definitiva la cultura en líneas generales, donde incluyo la gastronomía, pensando siempre que es una de las mejores herencias, que incluso un pobre le puede dejar a un hijo.
Dicen que los niños aprenden casi todo en la vida a base de imitación, los niños imitan; hablan porque oyen hablar, caminan porque ven caminar y comen porque ven comer, lo que sí tengo claro que si cocinan, no es solamente porque vean cocinar, sino porque les guste o tengan un aliciente para hacerlo.
Es el caso de mi hija, hace unos días me decía ¡¡ Mamá es que tú no me dejas !! Pero yo sé hacer un puchero, sé hacer un emblanco, el pollo al curry ya lo hago mejor que tú……déjame hacer el pollo en la salsa que a mi me gusta…..
Últimamente tiene especial interés en cocinar, de vez en cuando me ayuda a moldear las croquetas por ejemplo, aunque sus incursiones en la cocina suele ser motivada por su propio beneficio, todo sea dicho de paso (juventud divino tesoro).
Ella se prepara sus ensaladas de pasta para comer en la Universidad (quizás algún día pueda ser una buena psicóloga), sus riquísimas pizzas (su cena preferida), su tortilla de patatas para ir a la playa, sus tartas de galletas y chocolate (que son famosas entre sus amigas, no falta en ningún cumpleaños de ellas) y últimamente haciendo galletas para las meriendas de los fines de semana que realiza para sus amigas en “Mi cocina”.
He de reconocer que no se le da nada mal la cocina, así que con el tiempo, quien sabe igual se aventura en los fogones, pero hoy por hoy sé que le encanta hacer galletas y las hace bien ricas. Entre ellas, éstas que se basó en una receta muy parecida pero con otros ingredientes del libro: Con las manos en la masa…100 galletas de Linda Doeser. ¡ Buen comienzo, usa su imaginación, sus gustos y arriesga, se aventura con magnificos resultados !
A pesar de las “calores”, les invito a encender el horno y a disfrutarlas con un té helado……
¿Cómo hacerlas?
Ingredientes para unas 15 galletas:
110 gramos de mantequilla, 70 gramos de azúcar glas, una yema de huevo, 140 gramos de harina, media cucharada de canela molida, media manzana cortada en trozos muy pequeñitos, media cucharada pequeña de jengibre molido, 50 gramos de avellanas tostadas y saladas molidas (machacadas en un mortero), y sal.
Pasos a seguir:
Poner la mantequilla y el azúcar en un bol y mezclarlos bien.
Incorporar la yema de huevo ligeramente batida y una pizca de sal, incorporando la harina tamizándola y removiendo todo el conjunto procurando que no queden grumos.
Añadir los trozos de manzana, la canela y el jengibre y mezclarlos bien.
Hacer una bola, envolviéndola en papel transparente y dejar en el frigorífico unos 50 minutos aproximadamente.
Pasado éste tiempo desenvolver la masa y extenderla entre dos hojas de papel para hornear, formando una lámina de unos 3 centímetros de grosor, ayudándose con un rulo.
Cortar las galletas con un cortapastas (usamos un corta-galletas con forma de flor) y colocarlas en la bandeja del horno, sobre papel de hornear.
Mientras se cortan, precalentar el horno a 180º C.
Hornear las galletas unos 5 minutos y sacarlas.
Echar las avellanas por lo alto, volviendo a introducirlas en el horno otros 10 minutos más aproximadamente, con cuidado de que no se lleguen a quemar.
Espolvorear con un poco de azúcar si desean (como en éste ocasión) contrarrestar el salado de las avellanas….
Dejar enfriar….si pueden y ya saben lo que siempre les pido: disfruten de un buen fin de semana