Fuente de la receta: Denikatessen
Ingredientes:
130 gramos de harina.
1 cucharadita y media de levadura en polvo.
Media cucharadita de azúcar.
Media cucharadita de sal.
42 gramos de mantequilla fría.
1 cucharada de aceite de girasol.
2 ó 3 cucharadas de agua fría.
Para pincelar:
15 gramos de mantequilla
Una cucharadita de sal.
Elaboración:
En un bol colocamos la harina, mezclada con la sal, la levadura y el azúcar. Añadimos sobre ella la mantequilla cortada en trocitos y vamos pellizcando con la yema de los dedos hasta que nos quede una masa arenosa.
Añadimos el aceite de girasol y el agua y amasamos hasta obtener una masa bien dura (si fuese necesario podemos añadir una cucharada más de agua).
Con ayuda de un rodillo estiramos la masa dejándola bien finita (no más de 4 milímetros). Con ayuda de un cortapastas sacamos nuestras galletas (si las queréis como las originales con un molde redondo de cantos ondulados de 3,8 centímetros).
Las colocamos sobre una bandeja con papel de horno, la pinchamos con un tenedor y las horneamos unos diez minutos a 200 º con el horno precalentado. El tiempo como siempre dependerá de cada horno. Lo ideal es sacarlas cuando empiezan a oscurecerse los filitos (cuidado que no se queme, pues es una galleta que después de horneada sigue siendo muy blanca).
Recién sacadas del horno y aún en caliente las pincelamos con una mezcla de mantequilla derretida y sal (yo le puse un poco de colorante para darle un poquito de color, pero es totalmente opcional y no varia el sabor).
En casa las acompañamos de una magnífica torta de queso de oveja Caprichos de la pastora ¡Que bocado más delicioso!
La Antigua de Fuentesauco es una quesaría dedicada a la elaboración de quesos con leche cruda de oveja, de forma artesanal y con el mimo y el esmero de antaño. Sus magníficos productos se caracterizan por estar elaborados con una leche de máxima calidad, procedente de rebaños locales y regionales en régimen de pastoreo; la elaboración con leche cruda de oveja para lograr una gran riqueza de aromas, pureza de sabor y delicada textura; una corteza natural bañada en aceite de oliva; y continuos volteos de la pieza para conseguir quesos de la más alta calidad.