Fue encontrarme esta receta en el blog de Verónica y saber que la tenía que probar. Me encanta el salmorejo, que además me recuerda mucho a mi época en Málaga (aunque allí se llame "porra antequerana"); me encanta experimentar con recetas para hacerlas más ligeras y sanas y, además, tenía un paquete de agar-agar sin empezar y quería probar de una vez a cocinar con esta "gelatina de mar", como la llaman.
La verdad es que es un aperitivo original, rico y divertido. ¡Y encima, sano! A la hora de servir, saqué el aceite y la sal a la mesa para que cada uno añadiera a su gusto, si querían, y el huevo y el jamón hicieron el resto. Como la consistencia es blanda, a mí me gustan acompañados de algo crujiente; tostadas, patatis, rosquillas... Incluso popadams indios jeje
Verónica usa la Termomix, yo como yo no la tengo, improviso con un robot de cocina heredado, pero vamos, que con una batidora o una trituradora cualquiera, también podemos hacerlo.
1 kg de tomates maduros
1 diente de ajo
1 cucharadita de sal
50 ml de aceite de oliva
1 cucharadita de azúcar para corregir la acidez del tomate
2 g de agar-agar
1 huevo duro
Taquitos de jamón serrano
La preparación:
1. Lavamos bien los tomates, los cortamos por la mitad y retiramos el pedúnculo. Trituramos durante 2 minutos para romperlo todo bien y espumar.
2. Bajamos con una espátula lo que se haya quedado en las paredes del vaso y añadimos el ajo prensado (para asegurarnos de que no queden trozos enteros). Incorporamos el aceite, la sal y el azúcar. Le damos 5 minutos en la trituradora para que emulsione y se mezcle bien. Le podemos dar más tiempo, pero si está cremoso, está listo.
3. Ponemos el salmorejo a fuego vivo en una olla y lo llevamos a ebullición. Cuando empiece a hervir, añadimos el agar-agar, bajamos el fuego a medio-alto y lo dejamos cocer durante 5 minutos. Removemos para que se disuelva y se mezcle bien.
4. Rellenamos entonces los moldes de silicona con el salmorejo (mejor si son moldes de formas sencillas). Estará muy líquido, ya que el agar-agar gelifica al enfriarse. Pasadas un par de horas ya se notará la diferencia en la consistencia y se puede usar. Si queremos, podemos hacerlo de un día para otro. Lo importante es que haya tomado la consistencia de una gelatina y que esté bien frío.
5. Sacamos con cuidado de los moldes poniéndolos boca abajo contra el plato. Decoramos con trocitos de huevo duro y jamón serrano y listo. Si queremos, podemos añadir un hilillo de aceite al servir.
¡Buen provecho!
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Bergua*