Vainilla y chocolate son mis sabores preferidos y seguro que también de muchos de vosotros, así que un postre que combine esos dos sabores tiene que estar delicioso! En verano me muero por un helado de vainilla y chocolate, así que ha sido probar esta gelatina y me he enamorado. Podéis hacerla en moldes individuales para tener guardados como postre para después de comer o para la merienda de los niños. Ya sabéis que la gelatina tiene muchas propiedades y hecha en casa, mejor que mejor!
Ingredientes (para un molde de 2 litros)
1 lata de leche condensada (370 gr)
1 lata de leche evaporada (400gr)
1 litro de leche entera
2 cdas de extracto de vainilla (con color, no transparente)
50 gr de gelatina neutra (grenetina)
2 cdtas de canela en polvo
45 gramos de cacao en polvo
1 taza de agua
Preparación
Comenzamos hidratando la mitad de la gelatina en media taza de agua y reservamos.
En un cazo, calentamos juntas, la mitad de la leche condensada, de la leche evaporada y de la leche entera. Si os gustan las preparaciones muy dulces, podéis añadir una o dos cucharadas de azúcar, aunque yo no le he puesto, al ser lo suficientemente dulce la leche condensada.
Añadimos el extracto de vainilla y la canela en polvo.
Antes que empiece a hervir, vamos a añadir nuestra gelatina disuelta sin dejar de remover.
Continuamos mezclando hasta que la gelatina se haya disuelto y la mezcla rompa a hervir.
Retiramos del fuego y dejamos enfriar.
Mientras tanto, vamos a engrasar el molde que vamos a utilizar. Cuando la gelatina de vainilla haya templado, la vertemos en el molde y refrigeramos durante dos horas aproximadamente.
Ahora toca el turno de la gelatina de chocolate. En mi opinión, es la más deliciosa, la primera vez que la prueba y me ha parecido increíble. Aunque todo sea dicho, yo soy chocoadicta.
Vamos a tomar el resto de las leches: evaporada, condensada y leche entera y las llevamos al fuego.
Disolvemos la otra mitad de la gelatina neutra en media taza de agua y la volcamos sobre la mezcla de las tres leches cuando ya esté muy caliente.
Sin dejar de remover, añadimos el cacao previamente tamizado y mezclamos hasta que rompa a hervir.
Dejamos enfriar. Cuando la gelatina de chocolate se haya atemperado, la vertemos cuidadosamente sobre la gelatina de vainilla y dejamos refrigerar nuevamente durante unas 2 horas.
Cuando vayamos a servir, un truco infalible, a la hora de desmoldar, es humedecernos las yemas de los dedos y presionar ligeramente la gelatina, de manera que se vaya desprendiendo de las paredes del molde. Damos la vuelta sobre un plato o bandeja y listo!
Sólo queda disfrutarlo!
Ya me contaréis