Buenos días, aunque la receta de hoy normalmente la servimos como acompañamiento, bien podría servirse como plato principal o entrante. En esta ocasión lo he puesto todo a trocitos, en vez de ponerlo machacado como normalmente lo hacemos.
He leído por ahí que en muchos hogares de México donde todos sabemos que es originaria la salsa
de guacamole, se sirve así como una ensalada o primer plato.
Tener en cuenta que el aguacate se encuentre en su punto, que no esté duro pero tampoco blando que se nos deshaga.
Ingredientes:
1 aguacate.
2 tomates rojos y firmes.
1 cebolla pequeña.
El zumo de 1/2 limón.
1 manojo de perejil.
Un buen chorreón de aceite de oliva virgen extra.
Unas gotas de tabasco.
Sal y pimienta.
Elaboración:
Pelamos los tomates y cortamos a trozos pequeñitos.
Cortamos la cebolla también pequeñita y el perejil.
Cortamos el aguacate a daditos y le añadimos el zumo de limón, removemos para que el aguacate se nos impregne y así evitamos que se nos oxide.
Añadimos el aceite de oliva, la pimienta, la sal y el tabasco. Mezclamos todo muy bien y servimos.
Si no lo vamos a tomar inmediatamente, tapamos con papel film y lo metemos en el frigorífico para que el aguacate no se nos ennegrezca. Espero que os guste.