Aunque aún no se han desarrollado mucho, ando cocinando mis tupinambas de mi huerto (se pueden sustituir por patatas), aprovechando que aún apetecen platos de cuchara.
Las tupinambas son un tubérculo con aspecto de jengibre y con un ligero sabor a alcachofa (alcauciles).
Receta para preparar un sofrito (también se vende preparado en supermercados):
https://blogs.elcorreo.com/jorbasmar/2012/04/06/sofrito-de-col/
Preparación (4 personas):
4 chorizos para guisar
2 morcillas de cebolla
1 trozo de tocino fresco
300 g de dados de carne de ternera para estofar
300 g de tupinambas (alcachofas de Jerusalén)
250 g de sofrito
1 cabeza de ajos
3 hojas de laurel
1 pastilla de concentrado de carne
Colorante alimentario (azafrán)
Aceite de oliva
Sal
Preparación:
Comenzamos colocando un generoso chorro de aceite en la olla que utilicemos y ponemos a calentar a ¾ de la potencia del fuego.
Mientras se nos calienta el aceite, añadimos el sofrito que sacamos el día anterior del congelador (también se vende preparado en botes y latas).
Añadimos la ternera y el tocino al sofrito y continuamos removiendo hasta que la carne cambie de color.
Cubrimos abundantemente de agua, le añadimos el laurel, la pastilla de concentrado de carne, tapamos la olla exprés y dejamos cocer a ¾ de potencia hasta que comience a salir vapor por la válvula.
Bajamos el fuego a media potencia, dejamos cocer unos 20 minutos y descomprimimos la olla exprés.
Comprobamos que la carne esté casi tierna, le añadimos las tupinambas peladas y la cabeza de ajos desgranada pero sin pelar los ajos.
Se puede tapar la olla y dejar cocer 10 minutos a partir de salir vapor, pero yo opto por dejarla destapada que tardará unos 20 minutos, pero se controla mejor el punto de cocción.
Cuando las tupinambas estén casi tiernas, añadimos el chorizo, la morcilla, rectificamos el punto de sal y dejamos cocer unos 10 minutos más hasta que se mezclen bien los sabores.
Rectificar el punto de sal y servir.
Se puede desgrasar el caldo, en mi caso no fue necesario.
Desgrasar el caldo consiste en con ayuda de una cuchara o el cazo, quitar el aceite y la grasita que suele flotar en el caldo, pero había tan poco que no lo considere necesario.