Hoy vuelvo a retomar el blog después de una larga ausencia. Vuelvo para traeros una receta de helado de chocolate sin heladera (que aunque me he comprado una, y debo decir que es una maravilla, esta receta no la necesita), con un resultado de lo más cremoso.
Esta ausencia ha sido completa. No ha habido posts, he dejado de leer libros sobre dulces, he dejado de visitar otros blogs, y es que ni siquiera he entrado a la cocina.
Corría febrero, y estaba yo tan tranquila con mi rutina habitual, cuando de un día para otro empecé a encontrarme fatal del estómago. No podía comer, me provocaba unas nauseas terribles cualquier cosa relacionada con la comida; no podía pensar en recetas, ni mirar fotos de estas, ni si quiera acercarme a los fogones.
Tras una semana pensando que alguna enfermedad muy grave había contraído (porque para quitarme a mi el hambre...), me di cuenta de que no estaba enferma, simplemente estaba embarazada.
Total, que me he tirado cinco meses prácticamente inapetente (no penséis que me he adelgazado, paradojicamente peso mucho más de lo que nunca creí que seria posible).
Hace menos de dos semanas, un buen día, sin previo aviso, me entraron unas ganas terribles de comer helado. Y aún no se me han pasado.
Supongo (espero y deseo), en vista de los días que llevo queriendo helado a todas horas, que lo que hasta ahora han sido nauseas se van a convertir en antojos.
No me enrollo más y os dejo con la receta del helado. Lo primero que me ha apetecido comer realmente después de cinco meses.
INGREDIENTES
(para 6 personas)
(la receta esta adaptada del libro ""helados"" de la editorial NGV)
- 3 yemas
- 60 gr de azúcar glas
- 150 gr de chocolate negro
- 1 cucharadita de extracto de vainilla
- 125 ml de leche
- 175 ml de nata (crema de leche)
PREPARACIÓN
Batimos las yemas con el azúcar a punto de nieve (que blanqueen y aumenten de volumen). Reservamos.
Picamos el chocolate a cachitos pequeños y lo reservamos también.
Añadimos la leche a la mezcla de yemas y azúcar mezclando suavemente, y lo calentamos durante unos minutos a fuego bajo, sin que llegue a hervir. Cuando la mezcla empiece a tener textura ligeramente cremosa, lo retiramos del fuego.
Añadimos el chocolate picado, y removemos hasta que esté totalmente integrado.
Dejamos enfriar, y añadimos la nata (crema de leche) previamente montada. Con movimientos envolventes.
Congelamos la mezcla durante 6-8 horas. Yo lo hice sin remover cada x minutos, y sin preocuparme. Simplemente lo metí en el congelador. Y os puedo asegurar que el resultado es super cremoso.
Antes de servir lo sacamos unos 10 minutos antes del congelador, para que no esté duro.
Espero que os guste!