Ingredientes (para 2-3 personas):
- 6 patatas blancas medianas.
- 3 huevos de oca
- 2 filetes de foie fresco
- Aceite de girasol
- Aceite de oliva virgen extra
- Sal
- Escamas de sal
1. Pelamos, lavamos y cortamos las patatas a tiras.
2. Cubrimos una sartén con aceite de girasol y empezamos a freír las patatas.
3. Preparamos los huevos. Os he puesto una fotografía de los huevos al lado de uno de gallina para que se aprecie la diferencia del tamaño. La cáscara del huevo de oca es mas dura y flexible que la de gallina, así que vale la pena que los casquéis en un recipiente antes de echarlos a la sartén a freír.
4. Sacamos el foie de la nevera y lo dejamos a punto para hacerlo a la plancha en el último segundo.
5. Ponemos aceite de oliva virgen extra en una sartén y freímos de uno en uno los huevos. A fuego fuerte. Cuando estén fritos los retiramos a un plato.
6. Ponemos las patatas en un plato sobre papel absorbente. Después las ponemos encima de otro plato, ya sin el papel. Ponemos encima los huevos. Y encima de éstos, el foie, recién hecho. El foie es importante hacerlo a fuego muy fuerte, se debe hacer muy rápido y sin nada de aceite. Enseguida se deshace, si tardásemos mucho se derretiría por completo, como pasa con la mantequilla. Salamos la patatas y los huevos y ponemos unas escamas de sal sobre el foie.
7. Repartimos la ración, cada uno en su plato. Para poder mezclar todos los sabores, los huevos deben romperse, el foie también y mezclarse bien con las patatas.