¡Qué difícil! No puedo empezar de otra forma. ¡Esto sí que ha sido un reto! ¡Benditos huevos saturados de bechamel! Así es como he quedado yo: ¡saturada!
Cuando leí por primera vez las dos propuestas para el reto de febrero de Recetas de Tía Alia, enseguida pensé decidirme por la opción dulce. No sé por qué, este mes quería trabajar poco y así se lo comenté a Carmen, la artífice de este reto. ¡Pero la cabra tira al monte, y el toro a chiqueros! A mitad de mes me armé de valor y volví a mis preferencias por las recetas saladas. (Esto ha sido "echarle un par"). Total, lo que en principio parecía una receta de fácil ejecución y difícil digestión, resultó todo lo contrario. ¡Qué equivocada estaba! Ni la receta era tan simple como parece ni el resultado era tan "cargante" como presagiaba.
Confieso que la dificultad está en manipular el huevo al empanarlo y freírlo. Después de no parar de jurar que esta iba a ser la primera y última vez que hacía los huevos de esta forma, cuando los sirvo para la cena me encuentro el comentario demoledor de mi hija: ?Mami, esto tienes que repetirlo. Son los mejores huevos que he comido en mi vida?. Así que los repetiré, pero tendrá que pasar un tiempecito para que se me olviden todos los equilibrios al pasar del pan rallado al aceite. Bueno, vamos con la receta.
INGREDIENTES:
1/2 docena de huevos
Aceite de oliva
Mantequilla
Leche entera
Pan rallado
Bacon
Harina
Huevo para empanar
Nuez moscada
Pimienta
Sal
ELABORACIÓN:
Freír los huevos en abundante aceite de oliva bien caliente, para que la clara quede cuajada y la yema en su punto. Dejar enfriar. Recortar la forma de los huevos redondeándolos y eliminando las ?puntillas?.
En una sartén aparte poner el bacon al fuego e ir moviendo constantemente hasta que esté muy frito. Escurrir sobre papel absorbente de cocina y luego pasar por un procesador de alimentos hasta convertirlo en polvo.
Preparar una bechamel tradicional un poco espesa. Yo la hago con un pelín de aceite de oliva y mantequilla, tostando la harina y añadiendo poco a poco la leche sin parar de mover. Todo ello aderezado con sal, pimienta negra recién molida y un poquito de nuez moscada.
Cuando este templada, disponer una cucharada de esta bechamel sobre una superficie plana cubierta con papel siliconado. Aplanar y colocar encima el huevo frito. Cubrir la superficie de la yema con una cama de polvo de bacon . Volver a poner bechamel sobre el huevo, cubriendo toda su superficie. Colocar en un lugar aireado y dejar enfriar.
El proceso es similar al que realizamos con unas croquetas normales. Cuando la bechamel está lo suficientemente cuajada, sacar los huevos, rebozar sobre huevo batido, pan rallado y freír en abundante aceite de oliva muy caliente.
La sensación que produce la yema caliente saliendo del huevo cuando lo partes es tremenda. Y la mezcla del bacon frito con el huevo y el crujiente del empanado es deliciosa. Sé que no es el plato más saludable pero está de muerte. Mi hija tiene razón, tendremos que repetirlos.