A estas alturas, por todos es conocida mi especial querencia por los frutos secos, especialmente, por las nueces. Me gustan tanto que soy capaz de devorar, yo solita, medio paquete. No exagero.
Nunca faltan en mi despensa, procuro siempre tenerlas a mi disposición. Las uso muchísimo en platos salados, las añado a las salsas, las quiches y las ensaladas. Y para los dulces, son un ingrediente imprescindible.
Siendo tan fan, me parece que mucho he tardado en subir al blog la receta del pastel de nueces por excelencia, la karidopita. De origen griego, este pastel de nueces y empapado en almíbar es uno de los postres más tradicionales de la cocina de Grecia. El bizcocho, además, está aromatizado con canela y clavo, y el almíbar que lo empapa, con cáscaras de limón y naranja.
Sé que publicar una receta de este tipo, que requiere una cocción en el horno de una media horita, no es lo más adecuado en plena ola de calor. Así que no os diré eso de "probadla cuanto antes, veréis que rica está", pero sí os aconsejaré que la dejéis bien visible entre vuestra lista de recetas pendientes para cuando las altas temperaturas nos den un respiro. Porque es un pastel tan sumamente especial, tan tierno y tan jugoso, que no me gustaría que pasara desapercibido entre todas las recetas del blog.
Karidopita o pastel griego de nueces:
Receta de "The World Cookbook: The Greatest Recipes from Around The Globe"
INGREDIENTES
- Para el pastel:
200g de harina
1/2 cucharada de levadura química en polvo
1/2 cucharadita de canela en polvo
1 clavo molido
90g de mantequilla, a temperatura ambiente
175g de azúcar blanquilla
3 huevos
190g de yogur griego
75g de nueces trituradas
120g de pan rallado
80g de ron
Nueces en mitades, para decorar la superficie de cada porción
- Para el almíbar:
210g de azúcar blanquilla
160mL de agua
La cáscara y el zumo de medio limón
La cáscara y el zumo de media naranja
PREPARACIÓN
Precalentamos el horno a 175ºC. Y engrasamos una fuente refractaria o un molde rectangular o cuadrado de unos 20-23cm. Reservamos.
Por un lado, tamizamos la harina, la levadura y la especias.
Por otra parte. batimos la mantequilla con el azúcar hasta que blanquee. Agregamos los huevos, de uno en uno, batiendo bien después de cada adición.
Después, añadimos los ingredientes secos tamizados. Mezclamos con suavidad.
Inmediatamente después, integramos el yogur.
A continuación, añadimos las nueces molidas y el pan rallado. En último lugar, el ron. Mezclamos suavemente con una espátula.
Vertemos la masa dentro del molde que habíamos preparado y horneamos 25-30 minutos a 175ºC.
Mientras el pastel se hornea, preparamos el almíbar. Para ello, en un cazo, mezclamos el agua con el azúcar y los zumos. Calentamos a fuego medio y dejamos que entre en ebullición. En este momento, dejaremos que hierva durante unos 10 minutos o hasta obtener un almíbar con textura de jarabe. Retiramos del fuego y añadimos las pieles de los cítricos. Dejamos reposar hasta que el pastel esté listo.
Retiramos el pastel del horno y lo dejamos reposar un par de minutos. A continuación, y sin sacar la masa del molde, cortaremos las porciones con un cuchillo afilado. Y empezamos a almibarar.
Colocamos media nuez sobre cada porción, y seguimos almibarando hasta acabar con todo el sirope (¡¡usadlo todo!!). Para calar bien el pastel, id mojándolo cada media hora, más o menos, hasta que agotéis todo el almíbar. Dejamos reposar toda una noche a temperatura ambiente (es un pastel que cuanto más tiempo pase, estará más bueno).
¡¡Un besazo!!