Alto contenido en licopeno, un antioxidante que ayuda a prevenir el cáncer de próstata en los hombres.
Al ser bajo en sodio, es recomendado en la dieta de personas con hipertensión arterial.
Es rico en fibra, sobre todo si se come con su piel.
Aporta vitaminas, sobre todo vitaminas del complejo B, C, A y E.
Aporta minerales como el potasio, fósforo y magnesio.
Ayuda a hacer bien la digestión.
En mi caso lo suelo utilizar bastante, ya sea en consomés, sopas, ensaladas o salsas.
La salsa más conocida y querida por los niños y no tan niños es el Kétchup. Seguro que todos tenemos un bote de esta sabrosa salsa en nuestro frigorífico.
¿Sabíais que el kétchup proviene de la salsa picante china Ketsiap? Esta salsa era el perfecto acompañamiento para el pescado y la carne, pero entre sus ingredientes no se incluía el tomate. Los ingleses lo importaron del archipiélago malayo en el siglo XVIII.
El kétchup moderno fue ideado por el estadounidense Henry J. Heinz, quien en 1876 añadió tomate en dicha salsa. En un principio se usaron tomates naturales que más tarde se cambiaron por tomates en vinagre para una mejor conserva. La fórmula de conservación procedía de su madre. Se empezó a comercializar en botes de cristal hasta que en 1990 Heinz introdujo en Estados Unidos el primer recipiente de Kétchup de plástico reciclable.
¿Habéis probado a hacerlo? Si lo hacemos nosotros mismos nos sabrá aún más rico, será más sano y, lo más importante, controlaremos los ingredientes, como la cantidad de azúcar y sal.
Encontré esta receta en Ikea el año pasado y desde entonces la he estado haciendo.
Ingredientes para 3 decilitros:
5 o 6 tomates maduros
1 chalota
1 diente de ajo
75 g de apio
2 cucharadas de aceite de colza
50 ml de vinagre de vino blanco
50 ml de puré de tomate
50 ml de azúcar moreno
1 cucharadita de sal
nuez moscada para sazonar
Preparación:
Cortamos los tomates, la chalota, el ajo y el apio en trozos grandes.
Calentamos el aceite en una olla a fuego medio, añadimos el puré de tomate, las verduras cortadas y salteamos durante unos minutos.
Añadimos el vinagre y el azúcar. Cocemos durante 30 minutos o hasta que espese.
Retiramos la mezcla del fuego y dejamos enfriar. A continuación batimos para conseguir una salsa suave. Sazonamos con sal y nuez moscada.
El kétchup está listo para servir o lo podemos distribuir en recipientes y guardar.
Si no abrimos el recipiente y lo guardamos en un lugar fresco y alejado de la luz del sol, nos puede durar un mes. Una vez abierto lo guardaremos en la nevera y lo consumiremos en pocos días.
Bon appétit!!!