Cocinas del mundo nos ha propuesto un nuevo reto que me ha encantado: con la G. Y claro la opción de Grecia estaba fácil.
¡Bien! Tengo varias recetas pendientes de este país mediterráneo, y por eso me viene muy el reto de este mes ¡bien! Al igual que en el resto de la cuenca mediterránea, el ingrediente más antiguo y característico de la cocina griega es el aceite de oliva, que está presente en casi todos los platos. Los vegetales más importantes son el tomate, las berenjenas, las patatas, las cebollas y los pepinos. Y el queso feta es una de las estrellas de la cocina griega. En cuanto a la preparación que he elegido, ya os he contado que tengo varias recetas pendientes... esta vez os presento estas croquetas de calabacino porque me parecía que iban a estar buenas y no las había probado.A ver quién es el valiente que se anima a pronunciar el nombre de estascroquetas griegas de calabacín: kolokizokeftedes, ahí es nada.
Estas ricas croquetas se pueden servir como entrante, como aperitivo, como plato principal... si es que las croquetas encajan en cualquier momento de la comida.
Ingredientes para unas 20 croquetas
1kg de calabacines
4 cucharadas de pan rallado o lo que admita
3 huevos
4 cucharadas soperas de queso feta rallado
1 buen ramillete de hierbabuena
2 cebollas
Harina para rebozar
Pan rallado para rebozar
Aceite de oliva,
Sal y pimienta.
Elaboración
Primero lavamos los calabacines y los rallamos fino, sin pelarlos.
Los dejamos en un colador para que vayan soltando el agua. También pelamos las cebollas fino. Sofreímos las cebollas
y cuando estén transparentes añadimos el calabacín rallado.
Cuando esté cocinado lo sacamos del fuego. Dejamos que se enfríe. Incorporamos los huevos batidos, salpimentamos, añadimos la hierbabuena y el perejil picados, cuatro cucharadas de pan rallado (yo le puse un poco más) y el queso feta rallado.
Mezclamos bien, añadimos los calabacines y volvemos a mezclar.
Dejamos enfriar en la nevera toda la noche para que se endurezca la masa.
Finalmente, damos forma a las croquetas con la ayuda de dos cucharas,
rebozamos con harina, huevo batido y pan rallado
y freímos por tandas en aceite caliente.
Servir calientes o frías.
Mi opinión: El calabacín no tiene un sabor muy intenso y por eso estas croquetas quedan suaves. Están buenas y mucho más ligeras que cualquier otra receta que lleve bechamel.