Hoy, como en alguna entrada anterior nos iremos hasta Italia para disfrutar de uno de sus grandes clásicos, la pasta y la carne. Para ello, nos iremos hasta Bolonia, y desde allí, tuneada a nuestro gusto, os traeremos la receta de una deliciosa “Lasaña boloñesa”.
La salsa boloñesa es una de las salsas más socorridas y a la vez, más maltratadas por la gente (vaya, que le pasa igual que la carbonara), y eso es, básicamente y pese a su sencillez, por el tiempo de cocción que tiene (y el poco que, habitualmente le podemos dedicar).
Para hacer dos raciones de “Lasaña boloñesa” necesitaremos los siguientes ingredientes:
300 g de carne picada (ternera y cerdo)
6 láminas de canelón / lasaña
3 tiras de panceta / bacón
1 vaso de vino blanco
200 ml de tomate triturado
1 zanahoria
¼ pimiento rojo
1/2 cebolla
1 diente de ajo
50 g de queso parmeggiano rallado
Harina
25 g de mantequilla
Aceite
Sal
Pimienta
Orégano.
Empezaremos preparando los ingredientes, para ello, cogeremos la zanahoria, la pelaremos y la cortaremos a dados pequeños. Haremos lo mismo con la media cebolla, el pimiento y con el diente de ajo. Una vez lo tengamos todo, pondremos una cacerola al fuego con un chorro de aceite y dejaremos que caliente.
Cuando haya cogido temperatura, le pondremos los ingredientes que hemos cortado, la zanahoria, el pimiento, la cebolla y el diente de ajo y los cocinaremos un par de minutos a fuego medio.
Pasado este tiempo, añadiremos la carne y la panceta picadas integrándolas con las verduras. La cocinaremos hasta que cambie un poco de color. Llegado este momento, añadiremos el vino y mezclaremos. Una vez se haya evaporado el vino, añadiremos el tomate triturado, espolvorearemos con orégano y salpimentaremos mientras vamos removiendo. Finalmente, dejaremos que se cocine a fuego lento y en tapado hasta que la salsa se reduzca y coja textura.
Cuando veamos que la cocción va avanzando, prepararemos una olla con abundante agua con una pizca de sal y la pondremos a hervir. Cuando hierva, pondremos las placas de lasaña y las dejaremos hirviendo unos 10 minutos (o lo que nos indique el fabricante). Finalmente, las estiraremos y dejaremos que pierdan el agua.
A continuación, prepararemos una besamel ligera. Para ello, pondremos un cazo al fuego con un chorro generoso de aceite y lo calentaremos. Cuando está caliente (que no humee) añadiremos una cucharada sopera colmada de harina y removeremos bien. Cuando la harina se haya integrado, añadiremos la leche, una pizca de sal y removeremos bien, cocinándolo a fuego medio hasta que tengamos la textura que deseemos. Llegados a ese momento, retiraremos el fuego y reservaremos.
A continuación, embadurnaremos con besamel una base apta para el horno, una vez hecho, pondremos 2 láminas de canelón/lasaña y sobre ellas, repartiremos aproximadamente la mitad de carne a la boloñesa y un poco más de besamel. Una vez hecho, pondremos dos nuevas láminas y repetiremos el proceso. Con las láminas y la carne ya puestas en la fuente, verteremos la besamel restante sobre las lasañas que acabamos de montar y repartiremos el parmeggiano rallado.
Finalmente pondremos el horno a calentar en la función gratinar. Cuando esté caliente pondremos la fuente con las lasañas y dejaremos que se gratine al gusto de cada uno.
Y ya solo nos falta poner en el plato, y como no, ¡disfrutar!
Una ración para chuparse los dedos de "lasaña boloñesa"
¡Buen provecho!