8 placas de lasaña
1 tableta de chocolate con leche
1 sobre de gelatina de limón
250 ml de leche fría
250 ml de agua
Chocolate blanco
Nata montada (crema de leche)
Preparamos la gelatina de limón disolviendo el contenido del sobre en agua hirviendo y añadiendo la leche fría después, mezclando todo muy bien. Lo ponemos en una fuente cuadrada y alargada y lo metemos en el frigorífico toda la noche para que se solidifique. Cocemos las placas de lasaña hasta que estén "al dente". Las secamos con un poco de papel de cocina y ponemos a fundir el chocolate con leche. Cubrimos las capas de lasaña por los dos lados con el chocolate fundido y dejamos que se solidifiquen. Al momento de servir montamos la lasaña de la siguiente manera: una placa de chocolate, un trozo de gelatina del tamaño de la placa encima, una placa, una gelatina... y así hacemos tres o cuatro capas terminando con una placa de chocolate. Adornamos poniendo por encima nata montada (crema de leche) y chocolate blanco rallado. Es un poco elaborado pero el resultado es muy vistoso. Os aconsejo utilizar cuchillo para comérnoslo.
Podéis preparar el mismo plato con gelatina de naranja o plátano si lo preferís.