Me traen de cabeza las fotografías. A veces, cuando la receta lleva días publicada, las cambio por otras que me parecen mejores. Tengo una asignatura pendiente y es la de tomarme tiempo para comprar una buena cámara fotográfica que por lo menos me permita conseguir más nitidez. Hago esta referencia porque este es un plato con colorido y brillo y la imagen no le hace justicia.
Lo que no arregla una buena cámara es el desorden. Pero no hace ninguna falta porque este plato es tal cual, "desordenado y rústico" El relleno no es uniforme y las láminas de lasaña no se colocan una encima de otra sino cruzadas. Abajo podéis ver otra opción. He añadido algún tomate Sherry de más porque parece que la presentación gana con ello. Desde luego podéis enrollar las láminas en el momento de comer si os resulta más cómodoIngredientes que necesitaremos para 4 personas
Un conejo tierno de 1, 250 kg
300 g de cebollas
3 zanahorias medianas
3 tomates maduros medianos
3 alcachofas medianas
300 g de champiñones
1 l de caldo de carne
8 láminas de lasaña
Tomates Sherry
Tomillo fresco
50 ml de vino blanco joven
2 cucharadas soperas de bovril
Aceite de oliva
Sal
Pimienta negra
Quitar la grasa externa al conejo y cortar a trozos. Salpimentar y dorar en una cazuela amplia. Reservar en una bandeja para horno.
Cortar la cebolla en brunoise. Sofreír en la misma cazuela a fuego muy lento. Añadir un poco más de aceite y sofreír también el tomate triturado groseramente.
Cuando el sofrito haya perdido humedad y coja un color oscuro añadir el vino y evaporar este completamente. Es importante que el fondo se haga bien porque de ese modo conseguiréis el color oscuro de la salsa.
Mientras tanto cortar las zanahorias y los champiñones en rodajas finas. Quitar las hojas más duras a las alcachofas e introducirlas en agua fría con limón para que no ennegrezcan. Si las alcachofas son tiernas no os encontraréis los molestos pelitos del interior.
Una vez el sofrito de tomate y cebolla esté listo, añadir las zanahorias, las alcachofas cortadas a láminas finas, y los champiñones (todo junto).
Remover todo el conjunto. Condimentar con sal y pimienta y añadir un poco más de aceite, si hace falta. A continuación tapar y cocinar a fuego lento. Las hortalizas irán soltando humedad y se pocharán. Solo necesitamos que se ablanden un poco.
Cuando las hortalizas estén ligeramente tiernas, distribuirlas por encima del conejo. Echar el caldo bien caliente sin cubrir del todo. Siempre se está a tiempo de añadir más si hace falta.
Precalentar el horno a 200º. Bajar la temperatura a 180º cuando introduzcáis la bandeja en el horno. Cocinar hasta que el conejo esté tierno. Añadir más caldo, si lo creéis necesario, pero siempre muy poco a poco. Tenemos que reducir el caldo para que quede una salsa concentrada al final.
Si notáis que el guiso coge demasiado color a media cocción tapar la bandeja con papel de horno.
Cocinar en el horno, a 200º de temperatura, los tomates Sherry condimentados con aceite de oliva, sal y abundante tomillo fresco. Previamente pinchar cada uno de ellos con la punta de un cuchillo afilado para que no revienten.
Una vez templado el guiso hay que deshuesar el conejo. Se hace muy rápidamente puesto que queda tan tierno que literalmente la carne se despega del hueso al mínimo esfuerzo
Si se hace el guiso de un día para otro mejor, de ese modo el plato es más cómodo de elaborar. Antes de calentar para servir añadir el jugo de los tomates Sherry, el sabor a tomillo le queda muy bien al conejo.
Poco antes de comer hervir las láminas de lasaña, Escurrir y directamente mezclar con el relleno caliente para que se impregnen de la salsa.
Montar el plato con los Sherrys. Terminar con la salsa oscura por encima.
Sabroso y barato.