Poco a poco el salmón ha ido tomando protagonismo en las recetas de mi casa. Ha pasado de ser uno de esos pescados que no tomábamos nunca o casi nunca a prepararse con bastante frecuencia y en múltiples recetas. Y es que es un producto que funciona con todo, con pasta, con verduras, con salsas, con hojaldre....y en esta ocasión lo he preparado como relleno de esta fantástica lasaña, que lleva una crema de bechamel suave con espinacas y tropezones de salmón.
INGREDIENTES:
Un trozo generoso de lomo de salmón, sin espinas
Un puerro
2 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
200 gr. de espinacas
30 gr. de harina
500 ml. de leche entera
30 gr. de mantequilla
Sal
Pimienta
Placas de lasaña
Queso rallado
PREPARACIÓN:
En una sartén calentamos la mantequilla y en ella rehogamos el puerro cortado en rodajas, cuando esté transparente añadimos la harina y tostamos durante unos minutos. Y vamos añadiendo poco a poco la leche y removiendo con unas varillas para que la harina no haga grumos. En otra sartén con un poco de aceite de oliva virgen extra rehogamos las espinacas y cuando estén blandas añadimos el salmón troceadito, cuando éste esté cocinado añadimos las espinacas y el salmón a la bechamel que tenemos en la otra sartén, y terminamos de espesar.
Mientras tanto cocemos las planchas de lasaña según las instrucciones del fabricante y dejamos reposar sobre un paño para que no se peguen. En una fuente de hornear ponemos una base de planchas de lasaña, cubrimos con la bechamel de salmón y espinacas. Cubrimos con otra capa de placas de lasaña y continuamos hasta terminar nuestro relleno, teniendo en cuenta que la última capa será una capa delgadita de bechamel. Cubrimos con el queso rallado y gratinamos durante cinco o diez minutos. Hasta que esté dorada la lasaña.
No hace falta decir que el conjunto está buenísimo, sólo los ingredientes que llevan el plato lo dicen por sí solos. Así que preparadlo porque seguro que os va a encantar.
Feliz martes.