Para ello nos vamos a basar en la receta "Muffins de arándanos" de Bree Van De Kamp que viene en el libro "Mujeres desesperadas. Libro de cocina. Platos jugosos y bocaditos tentadores" con recetas de Christopher Styler, texto de Scott S. Tobis y basado en la serie creada por Marc Cherry.
Los ingredientes que vamos a necesitar para hacer mi versión de estos muffins de arándanos son:
375 ml de leche
180 g de mantequilla
3 huevos grandes
1 limón
450 g de harina1 cucharada de levadura
1/4 de cucharadita de nuez moscada
1 pizca de sal
1,5 tazas de arándanos congelados
En la receta original se ralla la piel de una naranja, nosotros vamos a sustituirla por la ralladura de la piel de un limón.
En el libro nos indica que cuando los arándanos son frescos o se han descongelado manchan la masa con el jugo que desprenden y adquieren un aspecto poco atractivo por lo que es mejor utilizarlos congelados, ya que durante la elaboración permanecen intactos y conservando todo su zumo. Yo suelo comparar arándanos y congelarlos, así que en mi congelador siempre tengo mi pequeña reserva de este fruto rojo.
Preparación:
Cascamos los huevos y los batimos. Lavamos y secamos bien el limón y rallamos su piel. Rociamos con un poco de aceite o spray desmoldante los doce compartimentos del molde de muffins. Colocamos una rejilla en el centro del horno y lo precalentamos a 200ºC con calor arriba y abajo.
Vertemos la leche en un cazo, añadimos la mantequilla y ponemos al fuego bajo. Cuando la mantequilla esté medio derretida, vertemos la mezcla en un bol y removemos hasta que la mantequilla se haya fundido por completo. Agregamos los huevos y la ralladura del limón sin parar de remover.
Introducimos en un bol la harina, el azúcar, la levadura, la sal y la nuez moscada y mezclamos. Añadimos los arándanos y removemos para que se cubran con la mezcla anterior.
Vertemos la mezcla de ingredientes líquidos sobre los ingredientes secos y removemos cuidadosamente, desde el fondo hacia arriba hasta obtener una masa de aspecto grumoso. Para ello es mejor utilizar una espátula ancha de goma. Es importante no trabajar en exceso la masa, solo hasta que los ingredientes secos se hayan humedecido, para que no queden secos o correosos.
Repartimos la masa entre los compartimentos del molde de muffins, de manera que queden llenos hasta el borde. Espolvoreamos un poco de azúcar y los llevamos al horno. Yo suelo utilizar una cuchara de helado para repartir por igual la masa. Con estas cantidades hemos tenido para 16 muffins.
Llevamos al horno y horneamos durante 22 minutos a una altura media-baja. Transcurrido este tiempo, comprobamos si los muffins están hechos introduciendo un palillo en el centro de uno, si sale limpio, sacamos del horno, en caso contrario, horneamos unos minutos más.
Sacamos del horno y dejamos enfriar los muffins en el molde sobre una rejilla durante unos 10 minutos. Transcurrido este tiempo, desmoldamos y los colocamos sobre la rejilla hasta que estén fríos para servirlos.
Presentación:
Los colocamos en un plato o bandeja de presentación y los llevamos a la mesa para que cada uno coja los que le apetezcan. También se pueden servir en cestas como lo suele hacer Bree Van De Kamp en la serie.
Es mejor comer los muffins unas horas después de haberlos sacado del horno, o incluso al día siguiente. En el libro nos recomiendan partirlos por la mitad, untarlos con mantequilla y dorarlos a la plancha o tostarlos al grill o en un tostador.
¿Qué te parecen estos muffins? Están esponjosos, deliciosos y son muy fáciles de hacer. Ideales para desayunar, merendar o para regalarnos un momento de placer a nosotros mismos.
Bon appétit!