Adoro hornear magdalenas: ver cómo suben en el horno, el olor tan delicioso que dejan en la casa, la impaciencia de mis hijos esperando que enfríen para comerlas… Además, duran días en perfecto estado (bueno, eso si no las devoran antes), son baratas y encima de los mejores dulces que nutricionalmente podemos ofrecer a nuestra familia. En el blog tenemos varias recetas de magdalenas que siempre, siempre salen perfectas, como estas magdalenas tradicionales (puedes ver la receta pulsando aquí), que están realmente ricas, o estas otras, para los que no pueden comer lácteos ni huevos (pulsa aquí para ver la receta). Hacía tiempo que quería escribir la receta de estas magdalenas de nata (crema de leche) que os traigo hoy. Ya veis en la foto el copete de escándalo que tienen. Lástima que no podáis probarlas ya: son suaves, esponjosas, perfectas para desayunar, merendar, para que los niños se las lleven al cole… Una verdadera delicia. Y se preparan en un momento. ¿Os animáis a hacerlas y a compartir las fotos de vuestras magdalenas en el grupo de cocina de El tiovivo rojo (solo tienes que pinchar aquí)? Venga, apuntad los ingredientes y empecemos a cocinar estas magdalenas de nata (crema de leche) con copete de escándalo. Para hacer entre 12 y 16 magdalenas, dependiendo del molde, necesitaréis:
260 gr de harina.
170 gr de azúcar.
170 gr de aceite de girasol.
80 gr de nata (crema de leche) para montar.
1 sobre de levadura o polvo para hornear.
4 huevos M o 3 L.
la ralladura de un limón.
1º. Blanquea los huevos con el azúcar. Si usas Thermomix©️ o Monsieur Cuisine Plus©️, pon la mariposa en las cuchillas y programa 7 minutos/37º/velocidad 3. Puedes usar también la batidora de varillas y batir esos 7 minutos.
2º. A continuación, añade la ralladura de un limón y sigue batiendo otros 6 minutos, esta vez sin temperatura.
3º. Añade la nata (crema de leche) y el aceite y baja la velocidad a 2. Bate durante 3 minutos.
4º. Incorpora la harina y la levadura y, sin mariposa, bate unos segundos hasta que se integre bien (con 6 segundos a velocidad 6 suele bastar).
5º. Deja que la masa repose unos 10 minutos.
6º. Precalienta el horno a 230º. Vierte mientras tanto la masa en las cápsulas. Espolvorea con azúcar.
7º. Baja el horno a 210º y hornea hasta que estén doradas (unos 15 minutos en mi horno).
Cuando estén doradas, apaga el horno y deja la puerta entreabierta unos minutos antes de sacarlas. Después, colácalas en una rejilla y deja que enfríen. ¡Verás qué copete tan alto y que deliciosas están!
Si quieres que todas salgan del mismo tamaño, solo tienes que asegurarte de verter la misma cantidad de masa en las cápsulas. Para ello puedes usar con mucho cuidado una cuchara sopera, una de helado o mi método favorito, estas magníficas mangas pasteleras. Mete la masa en una de ellas y, sin boquilla, ve rellenando las cápsulas. Verás que limpio y rápido es.
Además, son fáciles de manejar (la galga de las mangas es perfecta, no como otras, que son tan finas que son imposibles de usar) y traen 100, así que tendrás mangas para rato.
Una vez llenas las cápsulas, mételas dentro de unos moldes como estos para que al hornear consigas este copete de vértigo.
Como veis en la foto yo uso indistintamente rígido antiadherente como este o de silicona.
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