Las magdalenas han sido uno de los dulces que mas me han gustado, creo que no sólo por lo buenas que están si no por que formaban parte de toda una puesta en escena cuyo recuerdo ha permanecido en la memoria.
Prepararse para hacer magdalenas o mantecadas como las llamábamos en León, suponía una tarde de entretenimiento asegurado. Se trataba de preparar los papeles para rellenarlas con la masa. Coger el paquetito y separar los moldes, era todo un pasatiempo, tenían que quedar de uno en uno y os aseguro que no era labor fácil.
Mientras mi madre, hacia los preparativos hasta el momento de ponerlo al horno, la casa se inundaba de un aroma de los que permanecen en la memora olfativa por años.
Son muy fáciles de hacer y por eso os indico como hacerlas.
Ingredientes:
2 huevos
125 c.c. de aceite
150 c.c. de leche
225 grs. de harina
2 cucharaditas rasas de lavadura en polvo
1 piel de limón
180 grs. de azúcar
Moldes de papel.
Con estas cantidades obtuve 24 unidades.
El primer paso es poner el aceite en un cazo con la piel de limón, lo calentamos suavemente a fuego mínimo hasta que la piel de limón la notamos como un poco cocida. Lo retiramos del fuego y dejamos que se enfríe completamente.
El aceite lo colocamos en un bol, añadimos el azúcar, removiendo constantemente, a continuación las yemas de los huevos, la leche y la harina; (mezclada con la levadura). Añadimos al final las claras a punto de nieve.
Al añadir las claras remover de forma suave, para que no pierdan el punto esponjoso.
Sólo nos queda rellenar los moldes de papel como mucho hasta la mitad y las vamos colocando en una bandeja para el horno.
Estarán durante unos 15 minutos a una potencia de 180º.
Listas para degustar.