Hace poco me compre un libro de recetas sin gluten y venia esta receta, me pareció tan fácil y como tenia todos los ingredientes me puse manos a la obra. ¿Antes de navidad? Pues si porque no, así voy practicando para la navidad, además a nosotros nos encantan los mantecados en cualquier época del año, estos nos los hemos comido con una horchata rica rica.
INGREDIENTES:
150 gr de harina de almendra
100 gr de manteca de cerdo Cerex
1 cucharadita de levadura sin gluten
1 cucharadita de azúcar
3 cucharadas de vino dulce Valdepablo
Azúcar glas para espolvorear
PREPARACIÓN:
1.- Mezclar la harina con la levadura. Reservar
2.- Poner en un recipiente la manteca (tiene que estar blanda) con el azúcar y el vino. Mezclar bien todos los ingredientes.
3.- Incorporar a la mezcla de manteca la harina y la levadura reservada. Trabajar muy esta masa.
4.- Coger porciones pequeñas, hacer bolitas y aplanar un poco, así con todas. Colocarlas en la bandeja de horno, encima de papel de horno.
5.- Precalentar el horno y cocer los mantecados a 180º durante 12 ó 15 minutos.
6.- Sacarlos del horno y, aun en caliente, espolvorearlos con azúcar glas. Dejar enfriar y servir.
Origen
El origen del mantecado data del siglo XVI propiciado por el excedente de cereales y manteca de lechón que se daba en esta parte de Andalucía. Unos dicen que en Estepa y otros en Antequera, donde existe incluso un antiquísimo fresco que decora el salón de plenos del ayuntamiento con una referencia clara a los mantecados que allí se hacían. Todo apunta a que fue Antequera donde se elaboró la originaria receta del mantecado. Incluso, mucho antes de que empezaran a adquirir fama los mantecados de cercanas tierras sevillanas, las fábricas de mantecados de Antequera eran proveedoras de la Casa Real [cita requerida].
En aquellos tiempos Estepa tenía una notable cabaña de ganado porcino que pastaba libremente en grandes extensiones de encinar. Los árboles desaparecerían en el siglo XVIII, eliminados por las tropas francesas para evitar que allí se escondieran los guerrilleros y posteriormente los bandoleros. Quedando el paisaje tal y como ahora se conoce, llanura de cereal.
Por esas fechas, ya se elaboraban "tortas de manteca" en las casas del pueblo y en el Convento de Santa Clara, según demuestran sus archivos históricos que nos hablan de los recipientes utilizados en su elaboración.
El inicio de la comercialización del mantecado se produjo en el siglo XIX cuando Filomena Micaela Ruiz Téllez, conocida por el apodo "La Colchona", se los diera a su marido, que era transportista de Estepa a Córdoba, para que los vendiera en los mercados por los que pasaba.
El éxito de Micaela se basó en una mejora sencilla a la par que ingeniosa: secarlos. Gracias a esto, el mantecado resiste mejor el transporte y almacenaje, y también aumenta el periodo en el que el mantecado conserva sus cualidades como si acabase de salir del fuego.
En 1889 había alrededor de quince casas en Estepa que se habían convertido en pequeñas fábricas y poco a poco se fueron abriendo a mercados cada vez más lejanos. En 2011, fue nombrado denominación de origen protegida.