Ahora pensaras, a que viene esta historia, pues esa mujer que me enseño la esencia de lo natural, lo hecho a mano, lo tradicional, compartió conmigo esta bonita receta, es una receta que a su vez preparaba su madre, cuando ella era pequeña y vivía en un municipio de la cumbre de Gran Canaria. En aquellos años no había alimento más preciado que la manteca de cerdo, un alimento capaz de proporcionar muchas calorías para mantener a los agricultores en el campo. Hoy en la actualidad quizás creas que eso es impensable.
A lo que voy esta es una receta que ha sido preparada durante años en la cumbre de la isla, una receta que se ha mantenido dentro de una familia hasta el día en que me la regalaron y hoy, hoy llega el día en que yo deseo compartirla contigo.
Ingredientes:
800 g. de harina
400 g. de manteca de cerdo
400 g. de azúcar
20 ml. de licor de anís
1 huevo
almendras (opcional para decorar)
Elaboración:
Calienta el horno a 180ºC y coloca papel de horno sobre una o dos bandejas de horno, es recomendable tener más de una bandeja.
Colocamos en un bol grande la manteca a temperatura ambiente.
Añadimos el azúcar y el licor y batimos con una batidora.
Agregamos la harina, mientras amasamos, primero podemos ayudarnos con un robot de cocina, pero luego será necesario amasar con las manos. ¡Bien! las manos en la masa.
Comienza lo verdaderamente divertido, amasar y amasar hasta que la grasa de la manteca se integre por completo en la harina.
No desesperes si parece que la masa no se integra, esta masa no es como las de pan, es decir, no es una masa elástica. Tarda un poco en integrarse pero lo conseguirás.
Una vez puedas juntar toda la masa, moldea dos rollos con ella.
Con un cuchillo afilado corta el rollo en rodajas, del grosor de un dedo.
Si deseas decorar los mantecados puedes colocar una almendra sobre cada mantecados.
Bate el huevo y pinta con este los mantecados, colócalos separados para hornearlos, dentro del horno crecerán.
Una vez los veas dorados retíralos del horno pero deja que se enfríen porque si los intentas coger se pueden romper.
Me encantan los mantecados, desde pequeña he sido muy golosa, pero sobre todo de dulces secos, de niña no me gustaban las cremas, así que los mantecados era algo que me gustaba muchísimo. Ahora entiendo el porque ¿a que si?
Ya sabes que el propósito de este blog es compartir mis recetas e inquietudes con todos ustedes, si deseas contactar conmigo para comentar o preguntar las tuyas; estaré encantada de leerte. ¡¡¡Mucha suerte y besos a todos!!!