Membrillo casero
Es la primera vez que hago membrillo y debo decir que me ha quedado exquisito.
La receta me la dio mi tía Mila y tengo que felicitarla porque ha tenido mucho éxito entre mis amigas.
Ya sabéis que me encanta compartir mis dulces con mis amistades y les encantó.
Es cierto que el membrillo es un postre que no gusta a todo el mundo pero si eres uno de los que disfruta degustando este dulce no dudes en hacerlo.
Combina muy bien con queso fresco y uvas y lo puedes tener en el frigorífico durante varios meses.
Te encantará!
INGREDIENTES:
950 gr. membrillo entero quedó en 594 gr. una vez limpio, deberás poner la misma cantidad de azúcar
594 gr. azúcar moreno
ELABORACIÓN:
Lava los membrillos y colócalos en una olla exprés con un poquito de agua (1 dedo será suficiente).
Cuando empiece a hervir baja la temperatura de la vitrocerámica al 4 durante 5/8 minutos.
Mueve la olla cada minuto para comprobar que el agua no se evapore y así evitar que se quemen.
Retira del fuego y déjalos dentro hasta que salga todo el vapor. De esta forma se ablandará más la piel.
No te preocupes si no se han hecho del todo. Lo importante es que se pelen bien y que consigas quitar el corazón sin esfuerzo.
Pela los membrillos y retira el corazón.
Corta en dados y pésalos.
Pesa la misma cantidad de azúcar.
Peso membrillo limpio=mismo peso azúcar
Coloca en una olla a fuego medio (6 en vitrocerámica).
Cuando empiece a hervir, baja el fuego al número 4/5.
Ve removiendo de vez en cuando para evitar que se pegue.
Cuando se haya deshecho el azúcar y compruebes que el membrillo está "blandito" ya lo podrás batir.
Empezará a espesar.
Cuenta que cuando haga una hora desde que lo pusiste en el fuego ya estará.
Retira del fuego y colócalo en un recipiente de aluminio, hojalata..
Yo lo puse en una caja de bombones que tenía vacía.
El tiempo dependerá un poco de cada cocina pero comprobarás que está hecho cuando se forme una masa espesa y de color oscuro.
Tápalo con papel de cocina y deja que enfríe.
Una vez frío elige un molde y haz cortes para darle la forma deseada.
Si lo prefieres puedes ir cogiendo trocitos del mismo recipiente.
Déjalo tapado en la nevera y si puedes, coloca una hoja de papel vegetal por encima.
Se conservará más tiempo y evitarás olores externos.
Listo para comer!!
Quedó riquísimo, me encantó
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