A finales de verano hay que cumplir con el rito de ir a coger moras al campo. A base de años ya hemos ido adquiriendo experiencia y vamos pertrechadas con guantes de jardinería, ropa de manga larga, repelente para mosquitos con la finalidad de salir indemnes de la batalla. Hay que evitar los daños colaterales: picaduras de mosquito y arañazos de las zarzas; al fin y al cabo es un hobby y no una batalla contra la Naturaleza. Este año hay muchísimas moras en nuestra zona, quizás sea debido a las lluvias de primavera. Son de un color oscuro intenso, brillante. No las hemos cogido todas porque algunas están muy rojas, todavía. Pero volveremos a darles un repaso porque hay que llenar la despensa con vistas al duro invierno que se nos avecina.
Esta mermelada de moras es distinta a otra que ya publicamos en su día en el blog porque lleva manzana, anises estrellados y clavos de olor. Todo un acierto.
RECETA
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INGREDIENTES
1 kg de moras
500 g de manzanas
750 g de azúcar
1 palito de canela
5 anises estrellados
6 o 7 clavos de olor
El zumo de 1 limón
2 cucharaditas de pectina (aprox. 10 g. por kilo)
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PREPARACIÓN
En una olla amplia echar las moras lavadas.
Lavar las manzanas, quitarlas el corazón (no quitar la piel, es donde está la pectina que actúa como espesante), trocearlas y añadirlas a la olla.
Añadir el azúcar (reservando unas cucharaditas para mezclar con la pectina), el zumo de limón, la canela, los anises y el clavo.
Es buena idea dejar macerando las moras con el azúcar durante unas horas.
Poner a hervir removiendo de vez en cuando, especialmente al principio, para evitar que se pegue.
Cuando lleve aproximadamente media hora de cocción añadir la pectina mezclada con el azúcar que hemos reservado. De esta manera no se harán grumos. La pectina es opcional ya que podéis hacer la mermelada sin echarla, pero de esta manera espesará antes y no se reducirá tanto la cantidad de mermelada.
Cuando veáis que la fruta va espesando y está blandita apagar el fuego y dejar enfriar.
Pasar por el pasapuré o batidora. A nosotras no nos gusta encontrar muchas pepitas por eso lo pasamos por el pasapuré, aunque es más trabajoso.
Para saber si la textura es la que os gusta coged una cucharada de mermelada y ponerla sobre un platito a enfriar en la nevera. Si os queda muy clara podéis hervirla un poco más.