¡Hola a tod@s!
¿Cómo hemos empezado el año? Nosotras como veis con muchas ganas de hacer cosas nuevas y muy originales. Como estos fantásticos Moho Champizzas (o Moho Pizzañones, como más os guste :P). Que conste que no es nuestro todo el mérito, sino del fantástico producto que hemos utilizado. Nos llegó este mes con la Degustabox y nos gustó tanto que pensamos que se merecía una entrada propia.
Es una bebida alcohólica totalmente natural, y su nombre ?Moho party? (es decir, la fiesta del mojo picón en español :D) es tan sorprendente como su sabor. Recuerda al de la sidra dulce pero con burbujillas. En su página podéis ver todas las variedades disponibles, nosotras nos quedamos con el de Flor de Saúco. Se ha convertido, sin duda alguna, en uno de nuestros productos Gourmet para mortales.
Y os estaréis preguntando que cómo nos ha dado por este ataque de originalidad, pues porque es uno de nuestros propósitos de este año que, por cierto, nos hemos tomado muy en serio. Si nos conocéis un poquito, seguro que ya os imagináis que no son los típicos (que luego no se cumplen), ¡para nada! Los hemos bautizado los propósitos del optimismo:
Cantar todas las mañanas en la ducha, a grito pelado, para que se entere todo el barrio que hoy va a ser un gran día.
No luchar por cosas imposibles que sabes que no van a salir bien. Eso sí, si crees que algo o alguien merece la pena, lucha hasta el final, demuestra que te importa.
Creerme que vale más estar sólo que mal acompañado. De verdad.
Cada vez que me queje por algo daré las gracias al menos por dos cosas que tengo.
Soñar. Mucho. Y no siempre estando dormida.
Mirar el cielo buscando estrellas fugaces.
Ilusionarme con cada cosa que haga, aunque la odie.
No volver a rechazar invitaciones para ver a gente que te importa, sin que insistan, a la primera. E invitarles a venir a verme, muchas veces :)
Querer. Mucho. Todos los días.
Quedar para tomar ESA cerveza.
No conformarme. Con nada. Si algo no me llena, no me gusta o no me convence, cambiarlo. O al menos intentarlo. Lo que me lleva al siguiente propósito.
Sacar tiempo para las cosas que me gustan y que acabo dejando de lado día sí día también.
Sonreír, sonreír, sonreír? Se acabaron las caras largas. Dan pereza, y además salen unas arrugas de expresión horribles y a estas edades no estamos para tonterías ;) así que ¡fuera esa cara de seta!
¿¿¿Sois capaces de adivinar cuáles son de la rubia y cuáles de la morena??? Mientras tanto, ¡os dejamos con la receta!
Ingredientes...
2 bandejas de champiñones naturales, de buen tamaño.
1 botella de Moho sabor Flor de Saúco.
1 chorizo para freír, de buena calidad.
200ml. de tomate frito (tipo Solís, vale cualquier marca).
100g. (aproximadamente) de queso mozzarella rallado.
2 cucharadas de aceite de oliva.
Orégano, pimienta negra y sal, al gusto.
Con las manos en la masa...
Limpiamos los champiñones y les quitamos el tallo o tronco (no lo tiréis, reservadlo para una crema, un revuelto… lo que más os guste). Si los habéis lavado con agua, secadlos con papel de cocina antes de comenzar el siguiente paso.
En una sartén, calentamos el aceite. Incorporamos los champiñones mirando hacia arriba (es decir, si tuviesen el tallo puesto, todos mirarían hacia el techo). Salpimentamos al gusto y salteamos 3-4 minutos.
A continuación, vertemos el contenido de la botella “Moho party”. A fuego medio, dejamos que los champiñones cuezan aproximadamente unos 10-15 minutos. Adquieren un color dorado precioso cuando están listos. Los sacamos y los situamos en una fuente apta para horno. Reservamos.
En un bol preparamos el relleno. Troceamos el chorizo y lo mezclamos con el tomate y con orégano al gusto. Rellenamos los hongos reservados con la ayuda de una cucharilla. Espolvoreamos por encima el queso mozzarella.
Introducimos en el horno, precalentado a 180º, durante otros 10-15 minutos. Cuando el queso se haya gratinado están listos para servir y ¡disfrutar en compañía! Antes de comer, podéis echar otro poquito más de orégano.