Este fin de semana, entre artículo y artículo del Código Penal, echándole un ojo, descubrí un postre con unas pintas fantásticas. La verdad, no tardé mucho en ir a comprar los ingredientes y empezar a elaborar mi propia versión de la receta.
El resultado fue exquisito: la combinación de texturas, que al principio me parecían un poco exageradas, acabó enamorándonos a todos.
Y además, por si fuera poco, está elaborado a base de mascarpone, uno de mis ingredientes fetiches en la cocina. Se trata de un queso muy cremoso, algo dulce y ligeramente ácido que se elabora con crema de leche, nata (crema de leche) y ácido cítrico. Es originario de Italia, de la zona de Lombardía, concretamente de Lodi. De hecho, éste debe su nombre al dialecto lombardo: "mascherpa" o "mascarpia", que quiere decir ricotta o crema. Al parecer, el mascarpone original se elaboraba con leche de búfala pero, como ha sucedido con otros quesos como la mozzarella, es mucho más fácil encontrarlo elaborado con leche de vaca (además, el sabor de éste último es mucho más ligero).
Aunque actualmente encontramos queso mascarpone todo el año, antiguamente sólo se elaboraba en invierno por ser un producto muy perecedero.
Hay quien lo sustituye por otro tipo de quesos como el Philadelphia o el queso tipo Quark, pero no es de extrañar que los italianos no vean esto con muy buenos ojos (sobre todo cuando se trata de su riquísimo tiramisú)
Ingredientes (dos copas como las de la foto)
Para la gelatina de café:
120 ml de café (yo utilicé dos cápsulas de Nespresso Volluto)
10 gr de azúcar
1 hoja de gelatina
Para la crema de mascarpone:
125 ml de mascarpone
una cucharadita de azúcar vainillado
1 clara de huevo
Para la mousse de chocolate:
1 huevo
75 gr de chocolate negro
40 gr de azúcar
Elaboración:
Gelatina:
En primer lugar, ponemos la hoja de gelatina en un plato con agua fría. Seguidamente, ponemos el café con el azúcar en un cazo y lo calentamos. Retiramos del fuego y añadimos la hoja de gelatina bien escurrida. Lo dejamos enfriar a temperatura ambiente.
Crema:
En un bol mezclamos el mascarpone con el azúcar vainillado. Por otro lado, montamos la clara a punto de nieve y, cuando esté lista, la vamos incorporando poco a poco al mascarpone.
Mousse:
Primero separamos la clara de la yema. Esta última la mezclamos con el azúcar hasta que quede una mezcla blanquecina. Por otro lado, fundimos el chocolate al baño María y lo añadimos a la mezcla de la yema y azúcar. Por último, montamos la clara y la añadimos poco a poco la anterior mezcla.
Presentación:
Yo me he decidido por poner primero la mousse, despues la crema y, por último, la gelatina. Pero, como se suele decir, el orden de los factores no altera al producto así que, os lo dejo a vuestro antojo.
Lo dejamos reposar al menos 2 horas en el frigorífico.
Espero que os haya gustado
¡Que tengáis una muy buena semana!