Nunca me han gustado las natillas con galleta, así que el día que comí por primera vez las claras cocidas en leche para acompañarlas, me volví una auténtica fan de las natillas caseras. De esta forma, además, me libro de la canela que tampoco es que me apasione mucho, la verdad.
Han durado un día en la nevera. Así que os recomiendo encarecidamente que os animéis a prepararlas y me contéis vosotros mismos si están tan ricas como han dicho los de mi casa o no...
Ingredientes
750 ml de leche
4 yemas de huevo
4 cucharadas de azúcar glas
La cáscara de 1 limón
1 vaina de vainilla
1 rama de canela
20 gr de Maicena (harina de maiz)
4 claras de huevo
1 cucharadita de zúcar avainillado
Caramelo líquido
Montamos las claras a punto de nieve. Incorporamos el azúcar avainillado y reservamos.
Separamos un vaso de la leche y ponemos el resto a calentar a fuego medio hasta que arranque a hervir. Cogemos cucharadas de la clara montada y cocemos unos segundos en la leche. Escurrimos bien y reservamos.
Una vez que arranque a hervir la leche, apartamos del fuego y añadimos la cáscara de limón, la rama de canela y las semillas de la vaina de vainilla. Dejamos infusionar durante 10 minutos.
En la leche reservada desleímos la maicena aasegurándonos de que no quedan grumos. Reservamos.
Montamos las yemas con el azúcar hasta que espumeen. Añadimos el vaso de leche y batimos bien para asegurarnos que queda bien mezclado.
Colamos la leche infusionada y volvemos a poner al fuego a media ebullición. Vamos añadiendo poco a poco la mezcla de yemas, sin dejar de remover en ningún momento. Es muy importante que la mezcla no llegue a hervir. Cuando alcance el espesor deseado, retiramos del fuego y vertemos en los recipientes elegidos.
Ponemos una cucharada de claras coronando cada natilla y regamos con un poco de caramelo líquido.
Dejar enfriar completamente antes de degustar