Natillas de Naranja Sin Lactosa y Sin Gluten
Ya estoy de vuelta de mi escapada por Dublín y, aún con el cansancio en el cuerpo, os dejo una receta riquísima con el paso a paso en fotos para que puedas hacerla sin ningún problema.
Esta es básicamente la receta de natillas que utilicé para hacer las magdalenasrellenas de natillas. Sin embargo, como las natillas tuvieron tantísimo éxito, las he vuelto a preparar para que tengáis la receta exclusivamente de las natillas.
Una de las variaciones que he hecho para preparar esta receta ha sido sustituir las mandarinas por naranjas, ya que, cuando fui a comprar ya no había mandarinas. Pero he de decir que el sabor ha sido igualmente espectacular; las preparé para una comida y todo el mundo se relamió con estas natillas tan originales y tan ricas.
Si quieres más ideas sobre postres o desayunos riquísimos y sencillos, puedes probar este Pudín de chí y té verde o estos vasitos de Tiramisú red velvet, ambas opciones son sencillísimas y están de vicio y, como siempre, súper sanas. Perfectas para sorprender y ponerle la guinda a una comida de lujo.
Tras estos días en Dublín en los que no me he privado de absolutamente nada (sin volvernos locos tampoco), intento reducir los primeros días después de tanto exceso la cantidad de hidratos y aumento la ingesta de fruta, proteína y verduras. Estas natillas son una opción deliciosa para conseguirlo, ya que en una misma receta tenemos un gran aporte de fibra gracias a la naranja y es muy saciante y, al llevar huevo, es rica en proteína y ácidos grasos esenciales.
¡Refresca el postre o tu desayuno con esta maravilla de natillas tan ricas y fáciles de preparar! Coge papel y boli y, ¡al lío!
Ingredientes (4 unidades):
1 naranja grande y su piel
2 vasos de leche de soja sin azúcar añadido (o la que uses normalmente)
4 yemas
1 rama de canela
2 cucharadas soperas de maizena
1 cucharadita de postre de aroma de vainilla (asegúrate que no tenga ni gluten ni lactosa)
1 cucharadita de postre de canela en polvo
2 cucharaditas de postre de stevia o el endulzante que uses
Opcional: 4 galletas integrales (en este caso las que tenía a mano eran las de Mercadona)
Procedimiento:
Primero lava muy bien la naranja y su piel, ya que la vamos a usar para infusionar la leche de las natillas. Puedes ayudarte de un cepillo de uñas si quieres asegurarte de limpiarla a la perfección. Cuando esté bien limpita, pela la naranja y reserva la piel. Al pelarla, intenta no pasarte mucho a la parte blanca, ya que aporta bastante amargor.
Pon un vaso y medio de leche de soja en un cazo a fuego medio/bajo y añade la ramita de canela, el aroma de vainilla, la Stevia y la piel de la naranja.
Mientras la leche del cazo se va infusionando, añade el otro medio vaso de soja que nos quedaba junto a la naranja bien pelada a la que ya habremos retirado los trocitos blancos de la piel que no queríamos usar en nuestra infusión.
Corta la naranja y tritura bien con la leche. En este paso vas a necesitar un poquito de paciencia ya que, al usar la naranja completa con toda su fibra, necesitaremos algo más de tiempo para conseguir una mezcla sin grumos. Bate poco a poco y para para retirar los posibles grumos que se hayan quedado en las cuchillas de la batidora y vuelve a batir, así hasta tener una textura lo más fina y sin grumos posible.
Cuando la mezcla esté bien integrada, añade las 4 yemas de huevo y la maizena y tritura otra vez todo.
Una vez que la leche empiece a hervir, retiramos del fuego y quitamos la piel de la naranja y la ramita de canela.
Añade la mezcla del vaso de la batidora poco a poco y no pares de remover bien con ayuda de unas varillas, así haremos que todo se integre a la perfección.
Vuelve a colocar el cazo en el fuego a la misma intensidad de antes y remueve unos 10 minutos o hasta que veas que la textura es espesita y parecida a la de las natillas de siempre.
Prueba de sabor y rectifica de canela o edulcorante si es necesario.
Sirve las natillas en cuencos individuales y coloca una galleta en medio.
Deja atemperar la mezcla y, cuando estén frías las natillas, tápalas con un film transparente y conserva en el frigorífico hasta que las vayas a consumir.
Antes de servir, tamiza un poquito de canela en polvo con ayuda de un colador encima de las natillas.
Yo las preparé de un día para otro para asegurarme de que estuviesen fresquitas y con una textura cremosa a la hora de comerlas y, así fue: ¡estas natillas han sido un éxito rotundo!
¡Anímate a probarlas y a comprobar por ti mismo lo deliciosas que están y cuéntame qué tal en los comentarios!
¡Qué aproveche!