Tengo auténtica devoción por los bollos de pan tiernos, así que cuando vi esta receta en "Migas en la mesa" no pude resistirme a prepararlos.
Los míos están un poco más tostados, pero este pan blaa de origen irlandés es un pan blanco, con harina espolvoreada por encima. Así que si los queréis parecidos a los auténticos tendréis que cubrirlos con papel de aluminio durante la cocción.
Los irlandeses los toman con mantequilla para desayunar pero yo me quedo con un buen aceite de oliva virgen extra.
INGREDIENTES:
Harina de trigo: 500 gramos.
Agua: 300 mililitros.
Levadura fresca: 10 gramos (si utilizamos levadura seca necesitaremos 3,3 gramos).
Sal: 10 gramos.
Azúcar: 10 gramos.
Mantequilla a temperatura ambiente: 10 gramos.
ELABORACIÓN:
En un bol mezclamos la harina con el agua y dejamos que repose tapada durante 30 minutos.
Si utilizamos levadura fresca, reservamos 10 mililitros del agua para deshacerla.
Añadimos el resto de los ingredientes y amasamos con reposos; esto es, amasado de unos 5 minutos y reposo de 10 minutos. Este proceso debemos repetirlo hasta que la masa esté lisa, sin grumos.
Pasamos la masa a un bol con aceite y la plegamos sobre sí misma; imaginándonos que es un cuadrado estiramos y doblamos hacia el centro cada lado. Cubrimos el bol con papel film y dejamos que repose durante 30 minutos.
Este proceso lo repetimos dos veces más. Después del tercer plegado dejamos que fermente, a temperatura ambiente o en nevera.
Este sería el proceso:
Plegado - Reposo de 30 minutos - Plegado - Reposo de 30 minutos – Plegado – Fermentación.
Una vez que la masa ha doblado su volumen la volcamos sobre la superficie de trabajo enharinada y la desgasificamos.
Cortamos la masa en porciones y hacemos los bollitos. Los espolvoreamos con harina, los tapamos con un paño de algodón y dejamos que leven por segunda vez.
Encendemos el horno a 250ºC.
Cuando el pan esté listo para ser horneado, hacemos los cortes en la superficie y los horneamos durante 15 minutos; comprobando antes de sacarlos del horno que están bien cocidos.
Los sacamos del horno y los dejamos enfriar sobre una rejilla.