Hacer tu propio pan tiene un montón de ventajas, además de durar más tiempo sin que se ponga duro, podéis adaptarlo a vuestras necesidades. Si eres celíaco sustituir la harina de trigo por una de avena por ejemplo. Si eres diabético cambiar el azúcar por edulcorante.
Iremos probando con diferentes tipos de pan, pero por el momento empezamos con un pan sencillo. Se denomina pan rápido y es así porque no necesita fermentación previa al horneado.
¿Comenzamos?
Ingredientes:
500 g harina de fuerza
15g de levadura fresca
250 ml de agua templada
1 cucharadita de azúcar
2 cucharaditas de sal
15 g de AOVE
Cómo lo cocinamos:
Vertemos el agua templada en un bol amplio y deshacemos la levadura fresca, añadimos el azúcar y la sal y movemos hasta que se disuelva. Agregamos el aceite y poco a poco vamos añadiendo la harina poco a poco y vamos removiendo. Seguimos agregando la harina y reservamos una cuchara de harina que usaremos después para amasar.
En este punto tenemos que empezar a amasar. Nosotros hemos utilizado una amasadora, pero también podemos hacerlo a mano. Cuando esté casi amasado, espolvoreamos la harina que reservamos y volcamos el bol. Amasamos en la mesa hasta tener una masa homogénea y elástica.
Sobre una bandeja horno forrada con papel vegetal colocamos la masa con la forma que deseemos. Espolvoreamos con harina limpia y le hacemos unos cortes longitudinales como de 1 centímetro de profundidad.
Utilizaremos un recipiente tipo PYREX apto para horno, lo untamos bien con aceite de oliva y lo colocamos bocabajo encima de la masa. Tenéis que tener en cuenta que el pan va a crecer, así que el bol de cristal debe ser al menos el doble de tamaño que la masa.
Horneamos sin precalentar, con la resistencia arriba y abajo a 230ºC, 40 minutos. La temperatura dependerá de vuestro horno, así que la primera vez ir vigilando el pan para que no se queme.
¡Ya tenéis vuestro pan casero! cómo veis es super sencillo y son todo ventajas, así que anímate y enséñanos los resultados.
¡Estamos deseando ver vuestras fotos!