Este año, parece que están durando más, pero es que no llaga el maldito otoño y seguimos con este calor. Pues nada, tendremos que aprovechar lo que trae este verano que no termina, como son los higos. De esta receta salen como 2 terrinas de molde.
300 g de harina de fuerza
100 g de agua templada
50 ml de leche
3 cucharadas de azúcar moreno
15 g de levadura prensada y desmenuzada en la leche
1 pellizco de sal
50 g de mantequilla en pomada, vamos, dejándola fuera de la nevera con este calor
Y unos 12 ó 14 higos bien lavaditos
Muy sencillo y rápido. Ponemos el horno a unos 35 ó 40 ºC, a modo de fermentador. Mezclamos todos los ingredientes menos los menos los líquidos y los higos. Lo vamos incorporando todo bien. Añadimos ahora la leche y a continuación el agua templada. Mezclamos sin piedad hasta que nos quede una masa firme pero de textura sedosa y un olor, ¡Uhmmmm!, que me encanta. La tapamos y metemos en el horno hasta que duplique el volumen.
Sacamos la masa y la degasificamos. Añadimos los higos cortados en trozos del tamaño que queramos. Amasamos ligeramente y metemos en los moldes untados con harina y un poquito de mantequilla de fondo. Encima de cada masa, colocamos unos higos cortados por la mitad para decorar. Tapamos y dejamos nuevamente doblar el volumen.
Ponemos el horno a 180ºC por arriba y por abajo y metemos nuestros moldes. Los vamos a dejar unos 45-50 minutos. Si vemos que no dora, le damos un golpe de gratín al final, para que termine de caramelizar el higo de arriba. Dejamos templar y desmoldamos en frío. Las fotos hablan por sí mismas
Y nuevamente la magia entró en mi cocina. Así que Besos a todas, besos a todos, besos a……, en fin, besos, siempre muchos besos. E intentad ser felices, por todos los medios, nos cueste o no, merece la pena.