Vero tiene en su blog varios apartados para novatos y no tan novatos en el mundo panarra, "me han regalado una panificadora, y ahora ¿qué? " y "pan con masa madre #retomasamadre" así que si queréis meteros en este mágico mundillo de las masas no dejéis de leerlo. Os ayudará mucho.
Pues como os iba diciendo, el libro de Ibán Yarza me tiene emocionada, pero no saco tiempo para levados de masas y demás historias, así que como tenía mono de pan y muchas muchas ganas, me decidí por este pan que no necesita de levados ni amasados. Una rápida mezcla de los ingredientes con la mano (ni siquiera con utensilios raros) y voilà?.. un maravilloso pan que ha durado en casa un suspiro. Un pan de algo más de medio kilo que nos hemos zampado en un día!!!!
Fácil, rápido y buenísimo. Os aseguro que os encantará. Es ideal para acompañarlo con queso o mantequilla según nos cuenta Ibán, pero yo me lo comí tal cual y os digo que no le hace falta nada para triunfar por sí mismo.
Ingredientes
245 gr de harina integral de trigo
105 gr de harina panificable
3 cucharaditas de levadura química
280-300 gr. de agua
35 gr de miel
7 gr de sal
Calentamos el horno a 220º.
Untamos con mantequilla y harina nuestro molde para evitar que la masa se pegue.
Mezclamos bien todos los ingredientes en un bol con la ayuda de la mano. Se debe obtener una masa parecida a la textura del barro, es una masa muy húmeda, pero no os preocupéis pues sólo hay que mezclar todos sus ingredientes. Cuando esté homogénea la vertemos en el molde y llenamos hasta la mitad. Espolvorear con harina toda la superficie de la mezcla y meter al horno..
Horneamos durante 40 minutos a 220º, si veis que se está dorando mucho tapamos con papel de aluminio. Una vez pasado el tiempo sacamos del horno, dejamos enfriar sobre una rejilla y listo para degustar.