Me parece muy difícil hacer un buen pan, con su corteza crujiente y su interior esponjoso, pero voy intentando hacer recetas sencillas y divirtiéndome con el amasado.
Estos panecillos los hice para la merienda de mis hijos, yo solo hice 5 pero voy a poner las cantidades para hacer entre 8 y 10 panecillos.
- 250 gr de harina
- 180 ml de agua templada
- 10 gr de levadura fresca
- 80 gr de pipas de girasol
- 20 gr de semillas de amapola
- una cucharadita de sal
Diluimos la levadura fresca en 50 ml de agua templada y dejamos reposar un mínimo de 5 minutos.
Tamizamos en un bol la harina, la sal, las pipas, las semillas y el resto de agua y mezclamos hasta conseguir una masa homogénea.
Le añadimos la levadura diluida y volvemos a amasar todo hasta que la mezcla quede homogénea y elástica.
Hacemos una bola y dejamos reposar tapados una hora para que leve. Luego con las manos enharinadas hacemos panecillos de entre 60 y 80 gr y volvemos a dejar una hora tapados para que vuelvan a subir.
(Hago aquí un inciso para explicar que por falta de tiempo yo me salté el primer levado y los panes quedaron mas pequeñitos, para que queden perfectos tienen que levar dos veces)
Los metemos en el horno caliente a 250ºC durante unos 20 minutos, a media altura del horno.
A mis hijos les encantaron, se los merendaron recién hechos y ellos felices.