Ingredientes:
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- 175 mililitros de agua templada.
- 20 mililitros de aceite de oliva y un poco más para pintar los panes.
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- 1 cucharadita de sal.
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Elaboración:
Comenzamos templando el agua y añadimos la levadura desmigada. Echamos en un bol la harina, la sal, el agua con la levadura y el aceite. Comenzamos a amasar, ya sabéis si tenéis amasadora, ésta os hará todo el trabajo.
Ahora le añadimos la cebolla frita, yo le añadí bastante para que le diera más sabor, pero si no os gusta mucho podéis añadirle menos. En este punto, aunque tengáis amasadora es mejor hacerlo con las manos para que no se rompa mucho la cebolla frita, aunque si preferís que los trozos sean pequeños los podéis poner en la amasadora.
Dejamos la masa reposar durante una hora, aunque esto dependerá de la temperatura de vuestra cocina, pero como ya no hace tanto calor como en verano, dejarlo como mínimo una hora o hasta que veáis que ha doblado su volumen.
A continuación, encendemos el horno a 220º, cogemos la masa le quitamos el aire y hacemos panes pequeños, también podéis hacer uno grande, eso como más os guste. Los colocáis en la bandeja del horno que habréis forrado con papel de hornear y le untáis un poco de aceite de oliva por encima para que cojan más color.
Metéis la bandeja al horno y dejáis los bollos 40 minutos, no os preocupéis si la cebolla cambia de color y se pone oscura, ya que está buena de todas las maneras, pero no podéis sacar el pan antes, porque si no se os puede quedar un poco crudo por dentro. Espero que os haya gustado y haré más tipos de pan para aquellos a los que les gusta este alimento.
Tiempo de preparación: 1 hora y 45 minutos (con fermentación).
Gasto: 2 euros
Raciones: 4 personas.
Dificultad: Media.