Hoy traigo una recetilla dulce, una Panna cotta de violetas que además de rica queda muy vistosa y muy colorida. Es muy fácil de preparar y seguro que todos los que la prueben van a quedar encantados.
¿Nos ponemos en faena?
Panna cotta de violetas
Ingredientes para 6 unidades:
- Para la panna cotta:
200 ml de nata (crema de leche) para montar
250 ml de leche
60 caramelos violetas*
4 hojas de gelatina neutra- Para la salsa de violetas:
120 gr de caramelos violetas*
agua
Preparación:
Para preparar la panna cotta, primero vamos a hidratar las hojas de gelatina poniéndolas en un bol cubiertas de agua fría.
Mientras, en un cazo ponemos la nata (crema de leche), la leche y los 60 caramelos; llevamos el cazo al fuego y lo tenemos ahí, removiendo continuamente, hasta que los caramelos se derritan.
Lo retiramos del fuego y añadimos la gelatina bien escurrida; removemos todo junto hasta que la gelatina esté bien integrada.
Repartimos la mezcla en moldes para flan, dejamos enfriar un poco y luego llevamos a la nevera un mínimo de 4 horas.
Para hacer la salsa de violetas ponemos los caramelos junto con el agua en un cazo y lo llevamos a fuego medio, sin parar de mover hasta que los caramelos se disuelvan del todo.
A la hora de servir las desmoldamos pasando un cuchillo por todo el borde, regamos con la salsa por encima y adornamos con unos caramelos.
Te cuento:
La Panna cotta es un postre típico de la región italiana del Piamonte, el nombre significa nata (crema de leche) cocida y recuerda al flan pero su textura es mas parecida a la de la gelatina; tradicionalmente no se usaba la gelatina, se cuajaba con huevos, el uso de la gelatina ha sido posterior (Wikipedia)
Cuando vi la Panna cotta de caramelos de café con leche en el blog Julia y sus recetas me acordé de los caramelos violetas que sobraron de la boda de mi hijo Pablo y me puse rápidamente con la receta; el resultado ha sido un postre delicioso y espectacular.
*Tengo que decir que hay mucha diferencia entre las violetas originales y otros caramelos similares que no tienen nada que ver ni en sabor ni en su conservación: las violetas típicas de Madrid, no se humedecen ni apelmazan, se conservan tal cual durante mucho tiempo y su sabor es delicado y nada empalagoso (es mi opinión, los caramelos los pagué a precio de venta al público, jejeje).
En casa somos mas de salado pero de vez en cuando un postre dulce como la Panna cotta de violetas o la Cuajada de chocolate con coulis de frambuesa también son bien acogidos. ¡Vamos, que a nadie le amarga un dulce!
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¡Nos vemos pronto con una nueva recetilla!
Paquita