Hay veces que compramos barquillos y cuando llegamos a casa nos damos cuenta que solo hay uno entero, es un producto muy delicado. Así que después de tanto pensar, se me ocurrió hacer este pastel con los barquillos rotos. Tengo que decir que primero iba a ser un flan, pero luego pensé ¿y si en vez de los sobres de flan echo 2 sobres de cuajada? ha sido todo un acierto, tuve que aguantarme en comer solo un cachito (me lo hubiera comido entero) ¡¡que ricooooooo!! Ahora os dejo con la receta.
INGREDIENTES:
2 sobres de cuajadas
400 ml de nata (crema de leche)
200 ml de leche
caramelo
Barquillos Xandra
2 cucharadas de Sirope de Agave Sunny Via
Sirope de chocolate
PREPARACIÓN:
Echamos caramelo en un molde. Desmigamos los barquillos y los colocamos encima del caramelo.
En una cazuela echamos la nata (crema de leche), la mitad de la leche y el sirope de agave. Mientras hierve, mezclamos el resto de la leche con los 2 sobres de cuajada sin que queden grumos, cuando empiece a hervir lo mezclamos y volvemos a dejar que hierva, lo echamos en el molde.
Cuando este frió lo metemos al frigorífico. Es mejor hacerlo el día de antes y dejarlo toda la noche en el frigorífico.
De origen 100% natural, hemos seleccionado los más nobles agaves de Méjico, para ofrecerles nuestro sirope de agave Sunny Vía, un azúcar natural para incorporar al equilibrio cotidiano. Su color dorado, que le ha merecido el sobrenombre de “agua de miel”, su textura fluida y líquida, hacen de él el compañero ideal para sus momentos dulces.
El sirope de agave sunny vía se mezcla fácilmente y no altera el sabor de los alimentos, dos ventajas que le permitirán reemplazar el azúcar en cada uno de sus usos.
Los Barquillos: Una antigua tradición.
Los barquillos tienen su origen en la oblea, que es su forma básica y elemental. Son una delgada torta circular, que a su vez deriva del pan ácimo de consumo común entre árabes y judios. Es la misma fórmula que la hostia eucarística, las cuales empezaron a realizarse en época gótica. Como dulce aparecen citados en descripciones literarias del siglo XVI bajo el nombre de suplicaciones, para designar a los más finos, y en los bodegones barrocos encontramos cajas o bandejas de obleas circulares y barquillos tubulares junto a todo tipo de manjares y golosinas.
Por eso, cuando escuches su crujiente sonido y degustes su excelente sabor, volveras a revivir las sensaciones de los barquillos de antaño.