Os va a encantar porque además es muy sencillo de hacer, la pasta filo se compra en láminas y solo tenemos que prepare el relleno que consiste en 4 ingredientes. En menos de 30 minutos tenía el pastel griego en el horno, y en menos de 15 minutos ha volado de la mesa. Sobre todo, lo preparo cuando viene alguien a casa de visita y hasta el momento no ha fallado. Es de estas recetas que viene genial cuando tienes que llevar algo a una comida con familia o amigos. ¡Toma nota de la receta para que no se te olvide!
Yo espero impaciente a que salga del horno y si puedo lo tomo templado, pero se suele servir frío. Queda súper crujiente y me encanta que al coger un trozo se desprendan trocitos de la pasta filo. Os recomiendo que lo hagáis el mismo día que lo queréis comer porque la humedad del relleno hará que se reblandezca un poco la pasta filo.
Como veis le he dado forma de pastel redondo pero otra forma muy común de este pastel es en espiral, como una ensaimada. Podéis ir alternando o hacer vuestro propio diseño. La pasta filo tiene muchas más aplicaciones de las que pensaba y, a pesar de que no la he utilizado mucho, ya he descubierto alguna que otra receta deliciosa con ella como la tarta de manzana o para hacer paquetitos de queso. ¡Si os queda alguna lámina de filo no la tiréis!
Os aseguro que os vais a enamorar de un pedacito de Grecia después de probar este pastel de espinacas. Contadme que os ha parecido la receta con un comentario, y para que no me pierda el resultado etiqueta a #shoothecook en tu foto de Instagram.
Pastel de Espinacas y Queso Feta Griego, Spanakopita
Pastel de espinacas y queso feta griego, Spanakopita. Hacemos una receta tradicional y sencilla que queda tan rica como las que comen en Grecia.
6-8 hojas de pasta filo
1 cebolla grande, picada finita
800 g de espinacas frescas, lavadas y bien escurridas
1 taza (200g) de queso feta
2 huevos
1/2 cdta. de nuez moscada o más al gusto
sal y pimiento al gusto
1/2 taza de hojas de albahaca fresca
Coloca una sartén al fuego con 2 Cdas. de aceite de oliva. Añade la cebolla y una pizca de sal, cocina durante 5 o hasta que esté trasparente.
Añade las espinacas lavadas y escurridas a la sartén. Si no te caben todas añade unas pocas deja que se reduzcan un poco y añade más. Cocina durante unos 8 o hasta que todas las espinacas estén blandas.
Coloca la mezcla en un colador o escurridor de agujeros pequeños y presiona con una cuchara para que las espinacas suelten todo su líquido.
Después colócalas en un bol, añade 2 huevos, el queso feta desmigado, la albahaca picada y la nuez moscada. Añade sal y pimienta al gusto.
Coge un recipiente para horno redondo o rectangular de unos 20cm. Unta la base y los lados con un poco de aceite o mantequilla derretida.
Pinta, con ayuda de un pincel, una hoja de pasta filo por un lado con aceite de oliva o mantequilla. Colócala sobre el recipiente. Haz lo mismo con el resto de láminas y vete colocándolas encima pero cada una en sentido contrario que la anterior hasta que pongas 5 o 6 en total. Deja que sobresalgan por los lados.
Vierte el relleno sobre la pasta filo en el recipiente y distribuye bien. Tapa con lo que sobresale de las hojas de pasta filo. Si se queda algún trozo sin tapar coloca 1 o 2 láminas más encima arrugándolas un poco para conseguir que la superficie quede más crujiente.
Hornea a 180ºC durante 50-60 o hasta que la pasta filo esté tostada y el relleno haya cuajado. Para comprobarlo pincha con un palillo el centro del pastel y comprueba que el relleno no esté líquido.
Cuando la saco del horno me gusta ponerle un hilo de miel por encima y un poco de sésamo tostado. Se puede tomar fría o caliente.
*Aguanta un par de días refrigerado pero no estará tan crujiente como recién hecho.
*Puedes poner pan rallado en lugar de queso, utilizar levadura de cerveza o hacerlo sin queso.
*Puedes ponerle más capas de pasta filo pero por aligerar un poco el plato utilizo solo 6 hojas.
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