"Entre el higo y la breva, la segunda es la primera", pero me gusta mucho más la frase de "higo a breva", que todos hemos dicho en más de una ocasión. Y esto me lo aplico a mi mismo, que hace más de un mes que no publico receta alguna y no tengo perdón de Dios. Entre playas, piscinas, la visita de familiares lejanos (y tanto), la niña que me quita el puesto en el ordenador, que se quita y se pone otro, al final te echas un cubata, te agarras un buen libro y así se va pasando el Verano (¡¡¡¡qué ganas de que empiece el cole!!!!). Aprovecho para deciros a tod@s que he estando siguiendo cuando me han dejado, vuestras publicaciones y como siempre para quitarse el sombrero y no lo digo por decir. Perdonad si no he dejado ningún comentario últimamente en vuestras entradas pero palabrita del niño Jesús, que me he deleitado la vista y me he apuntado bastantes propuestas para más adelante. Me alegro de estar otra vez por aquí y espero que sigamos disfrutando de una de nuestras grandes aficiones como es el cocinar. Vamos al lío y menos rollo:
La breva es el primer fruto que anualmente da la higuera, siendo el higo el fruto de la segunda cosecha del mismo árbol, y de ahí que nos tengamos que esperar todo un año para volver a degustar el primer fruto de la higuera.
Desde luego tener una higuera a mano (en este caso la de mi padre), te hacer estar dándole vueltas tanto a la imaginación como al repertorio gastronómico de tu alrededor, e ir buscando recetas para elaborar y sacarle partido a la ingente cantidad de frutos que este árbol es capaz de regalar.No soy muy de mermelada de higos (éstos menesteres los controla sin igual nuestra compañera Elisa), así que me incliné por hacer un bizcocho sencillito con esta dulce fruta que para nada ha hecho empalagoso el resultado, sino más bien jugoso gracias a la fruta del interior y con un agradable sabor a higos combinado con limón.
Lo puedes tomar a tanto al desayunar como en la merienda, y su combinación de ingredientes es muy mediterránea al llevar higos, aceite de oliva y romero.
Para elaborarlo no hay que ser ni mucho menos maestro pastelero; eso sí, hay que darse prisa porque la temporada de los higos pasa rápido y dentro de nada no habrá manera de encontrar un solo higo en los huertos.
Para un molde de 23 cm de diámetro
300 gr de higos frescos
2 huevos grandes a temperatura ambiente
200 gr de harina
3/4 de cucharadita de levadura química
130 gr de azúcar
120 ml de aceite de oliva
80 ml de leche entera
1/2 cucharadita de extracto de vainilla
1/2 cucharadita de romero fresco picado
1 limón
Sal
Mantequilla y harina para el molde
Decoración
Almendras fileteadas
Guindas en almíbar
Precalentar el horno a 180º.
Poner papel de horno en la base del molde y cerrarlo. Untar con mantequilla y enharinarlo.
Batir los huevos y el azúcar en un bol grande hasta que cojan un color amarillo pálido durante 3 minutos.
Añadir el aceite, la leche, el extracto de vainilla y mezclar.
Mezclar la harina, la levadura, el romero y una pizca de sal en otro bol. Rallar el limón y añadir la ralladura a la mezcla.
Incorporar esta mezcla a la anterior y juntar con suavidad con una cuchara de madera hasta conseguir una masa homogénea.
Dejar reposar durante 10 minutos.
Cortar los higos en cuartos sin pelarlos. Añadir unas 3/4 partes de los mismos a la masa.
Hornear durante 15 minutos.
Repartir el resto de los higos, las guindas y las almendras por encima de la tarta y volver a hornear hasta que la tarta tome un color dorado, aproximadamente unos 30 minutos.
Comprobar si la tarta está hecha introduciendo una aguja gruesa o un cuchillo en el centro. Si sale limpio, está hecha; si no, hornear 5-10 minutos más.
Sacar y enfriar sobre una rejilla. Desmoldar pasando antes un cuchillo por los bordes. Servir a temperatura ambiente.