Esta semana estamos haciendo limpieza de congelador, por lo que las recetas que estoy preparando son recetas de aprovechamiento. De hecho todos los ingredientes de este pastel, salvo la bechamel, son congelados. Se trata de un delicado pastel con una base de merluza y langostinos acompañados de unas zanahorias baby y judías verdes. Y después cubierto de bechamel y un poco de queso. Podéis hacerlo con producto fresco, con otro tipo de pescado y marisco, y también cambiarle las verduras, según vuestros gusto. La idea es usar lo que tengamos por casa, seguro que también queda estupendo.
INGREDIENTES (Salen dos fuentes, la de la foto algo más pequeña que la otra):
Para el pastel:
600 gr. de merluza congelada
450 gr. de langostinos congelados
150 gr. de zanahorias baby congeladas
100 gr. de judías verdes congeladas
Un chorreón de aceite de oliva virgen extra
Sal
Pimienta
Para la bechamel:
60 gr. de mantequilla
60 gr. de harina
750 ml. de leche entera
1 cucharadita de sal
Pimienta molida
Nuez moscada
Para gratinar:
75 gr. de queso Grana Padano rallado (podéis poner el que tengáis por casa)
PREPARACIÓN:
La noche antes sacamos los ingredientes del congelador y descongelamos dentro de la nevera. Al día siguiente retiramos el exceso de agua que hayan podido soltar de la descongelación. Reservamos.
Preparamos la bechamel, para ello en una sartén amplia derretimos la mantequilla, después añadimos la harina y rehogamos durante unos minutos para que la harina no quede cruda. Añadimos poco a poco la leche y vamos removiendo con una batidor de varillas (preferiblemente de silicona para que no dañe la sartén). Una vez integrado toda la leche, salpimentamos y añadimos la nuez moscada, seguimos batiendo hasta que espese. Reservamos.
Preparamos dos fuentes de horno (también podéis hacerlo en fuentes pequeñas y presentarlo individualmente o todo en una sola fuente más grande), en el fondo ponemos un hilito de aceite, cubrimos la base con la merluza, y añadimos por encima con los langostinos y las verduras. Cubrimos con la bechamel y llevamos al horno precalentando a 190 º durante unos 25 minutos.
Después añadimos el queso rallado por encima y gratinamos hasta que esté dorada la superficie, durante unos 5 o 10 minutos.
Servimos inmediatamente.
Con un poquito de ensalada y una copa de vino blanco se convertirá en una comida perfecta.
Feliz lunes.