Cuando entré en el mercado, los ojos se me fueron directos al puesto de verduras y, concretamente, al lugar donde se mostraba toda clase de variedades de tomates. Me hice la indiferente ante aquella extensa gama de rojos de distintas formas que se me insinuaban y sólo compré unos cherries que todavía estaban prendidos de la rama. Si en el Paraíso Eva se dejó tentar por una manzana, yo perdería mi reino ?que no tengo- por un buen tomate.
Ya con los tomatitos en casa, me propuse hacer un pastel de cherries con queso sobre una masa quebrada, también conocida como pasta brisa o pâte brisée. Lo de llamarla masa quebrada tiene su razón de ser porque se rompe con suma facilidad. Y ahí es cuando te das cuenta de lo delgada que es la línea divisoria entre el éxito y el fracaso. O sea, que el secreto de esta receta está en la masa. La masa quebrada suele emplearse como base de tartas dulces o saladas. Sólo hay que añadir azúcar o sal, obviamente.
RECETA
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INGREDIENTES (para 4 personas)
PARA LA MASA QUEBRADA:
250 g de harina de repostería.
125 g de mantequilla fría.
1 huevo frío.
1 cucharadita rasa de sal. PARA EL RELLENO:
2 cebollas caramelizadas.
300 g de tomates cherry.
150 g de creme fraîche.
75 g de crema de queso semicurado.
Orégano.
2 cucharadas de aceite de oliva.
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PREPARACIÓN TRADICIONAL
Hacer un volcán con la harina y poner en el centro el huevo y la sal e ir mezclando.
Añadir la mantequilla cortada en trozos e ir uniendo con los dedos hasta que esté todo integrado, teniendo en cuenta que se ha de trabajar muy poco.
Hacer una bola y envolver con papel film y dejar reposar en la nevera una hora.
Cortar los tomatitos por la mitad y dejar macerar con el aceite y el orégano y reservar.
Estirar la masa sobre dos papeles de horno y con ayuda del rodillo colocar la masa sobre un molde desmoldable. Recortar los bordes y pinchar con un tenedor, cubrir con papel de horno y poner encima bolas de cerámica o garbanzos y meter en el horno, previamente calentado, durante 15 minutos a 170 º (en cuanto tome color ya se puede retirar).
Dejar enfriar, retirar el papel y las bolas de peso o garbanzos y extender la cebolla caramelizada sobre la base.
Mezclar las dos cremas de queso y poner por encima de la cebolla.
Por último, colocar los tomatitos, espolvorear con un poco de orégano y hornear 12 minutos a 180º.
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PREPARACIÓN CON THERMOMIX
Poner en el vaso de la thermomix por este orden la harina, la sal, la mantequilla fría y cortada y el huevo y programar 15 segundos en velocidad 4.
Retirar del vaso, hacer una bola, envolver en papel film y dejar reposar en la nevera una hora.
Cortar los tomatitos por la mitad y dejar macerar con el aceite y el orégano y reservar.
Estirar la masa sobre dos papeles de horno y con ayuda del rodillo colocar la masa sobre el molde desmoldable. Recortar los bordes y pinchar con un tenedor, cubrir con papel de horno y poner encima bolas de cerámica o garbanzos y meter en el horno, previamente calentado, durante 13 minutos a 170º (en cuanto tome color ya se puede retirar).
Dejar enfriar, retirar el papel y las bolas de peso o garbanzos y extender la cebolla caramelizada sobre la base.
Mezclar las dos cremas de queso y poner por encima de la cebolla.
Por último, colocar los tomatitos, espolvorear con un poco de orégano y hornear 12 minutos a 180º.