Para el glaseado:
3 láminas de gelatina neutra
50 g de agua
85 g de azúcar
40 g de cacao en polvo sin azúcar
45 g de nata (crema de leche) para montar
Para el relleno:
80 g de chocolate negro
120 g de nata (crema de leche) para montar
2 cucharadas soperas de miel
30 g de mantequilla
Para los bizcochos:
70 g de azúcar
3 huevos
30 g de chocolate negro
25 g de mantequilla
65 g de harina
2 cucharadas de cacao en polvo sin azúcar
Preparamos el glaseado poniendo en remojo la gelatina con agua fría. En una cacerola mezclamos el agua, el azúcar, el cacao y la nata (crema de leche) y lo ponemos a hervir un minuto, tras lo que añadimos la gelatina y guardamos en la nevera.
Preparamos el bizcocho. Batimos las claras de los huevos junto con el azúcar y cuando estén bien ligadas añadimos las yemas. En un cazo ponemos a fundir la mantequilla junto con el chocolate. Cuando esté fundido apartamos del fuego y removiendo añadimos parte de la mezcla de huevos con azúcar, la harina y cuando esté bien mezclado añadimos el resto de la mezcla. Colocamos la mezcla sobre varios moldes y horneamos a 180º C 10 minutos.
Preparamos el relleno fundiendo el chocolate a fuego bajo, mezclamos con la nata (crema de leche) y la miel y lo hervimos. Apartamos y dejamos enfriar un poco, tras lo que añadimos la mantequilla cortada en dados y removemos bien hasta que esté bien ligada.
Sacamos los bizcochos de los moldes y los cortamos por la mitad. Rellenamos con la ganache y metemos en el congelador unas 10 horas.
Montamos los bizcochos calentando el glaseado y cubriendolos por encima con la ayuda de una espátula o una lengua de silicona. Dejamos en la nevera unas 5 o 6 horas y servimos.