En Cataluña veces se sirven con salsa brava y salsa alioli, aunque normalmente se trata de dos tapas diferentes.
El origen de este plato se sitúa alrededor del año 1960, en Madrid, y dos bares, que ya desaparecidos, se disputan su paternidad, Casa Pellico y La Casona. En la actualidad son famosas las patatas bravas del Docamar, en el barrio de Quintana, entre muchos otros clásicos de Madrid.
La salsa brava no solo conquista por su sabor, sino porque es muy barata y resulta muy sencilla de preparar. Sus ingredientes principales son el aceite de oliva, el pimentón dulce y el picante, y puede añadirse tomate, cayena y otros. Por supuesto, hay muchas variantes para elaborarla en función del gusto más o menos picante o dulce que se desee y hay más recetas que bares existen en España.
Mi receta es muy sabrosa y podéis afinar si la queréis más o menos picante con el tipo de pimentón que utilicéis.
Ingredientes:
1 cebolla
2 tomates maduros para freir
1/2 cayena
1 cucharadita de pimentón dulce /picante
1 cucharadita de azúcar
Aceite
Sal
4 patatas grandes cortadas en dados grandes
Preparación:
Pochad la cebolla en trozos pequeños y el ajo en el aceite a fuego muy lento, con cuidado de que no se cojan ni se quemen.
Añadid la cayena, el pimentón dulce y y el pimentón picante, la cantidad depende de cómo de picante os guste. Podéis optar por no poner pimentón picante, ya que habéis puesto cayena y os puede quedar demasiado picante para vuestro gusto. Vosotros decidís.
Después incorporad el tomate triturado crudo natural, sazonad y poned un poquito de azúcar para matar la acidez del tomate. Dejadlo a fuego bajo-medio unos 10 minutos.
Una vez frito el tomate pasadlo por la batidora para obtener una salsa homogénea.
Freíd las patatas, ponedle la salsa por encima y ya lo tenéis listo para servir.