Cuando era jovencita, no tenia mucho interés por la cocina.
No como ahora, claro. Mi interés pasaba por saber hacer las comidas que se comían en mi casa para que cuando me casara tuviera cierta idea de cocina. Entonces no existía internet (ay madre que vieja soy...) y la referencia mas cercana era siempre nuestras madres y abuelas.
Recuerdo que durante mis estudios de Magisterio me enseñaron a encuadernar a la antigua usanza, es decir cosiendo las páginas del libro. Me hice un par de cuadernos y uno de ellos lo dediqué a copiar en él las recetas de mi madre.
Y aun guardo ese cuaderno, y aunque cuando tengo dudas aun le pregunto a mi madre, de vez en cuando lo rescato para ver alguna receta.
Me rio al leerlas porque ya sabeis como miden las madres los ingredientes: un puñao de esto, harina la que admita... me esforcé en que mi madre fuera mas precisa en los datos y en algunas recetas lo conseguí, en otras he tenido que ir probando.
A lo que iba, el otro día saqué el cuaderno para no sé que cosa y mira por donde la primera receta que me aparece son las patatas en adobillo. ¡Me encantan! Me pareció que hacía mucho tiempo que no las hacía y además no las tenía en el blog. Así que aprovecho esta receta para rendir homenaje a mi madre y a todas las madres que se preocupan de que sus recetas pasen de generación en generación. Me temo que en mi caso esto acabará en mi, no veo a mis hijos muy interesados en la cocina...
Las patatas en adobillo son muy típicas de Andalucía, no sé si en otros lugares se preparan, en Málaga son un plato muy casero y tradicional. Y la verdad es que si no se conocen fuera de mi tierra hay que darlas a conocer porque están muy ricas.
INGREDIENTES:
1/2 kg de patatas
1 diente de ajo
1 cucharadita de orégano
2 cucharadas soperas de vinagre
1 pizca de azafrán o colorante alimentario
1/2 vasito de agua (unos 70 ml)
Aceite para freir las patatas
Sal al gusto
Huevos para acompañar (opcional)
PREPARACIÓN:
En una sartén con aceite suficiente freimos las patatas cortadas a rodajas no muy gruesas, pero tampoco muy finas y saladas al gusto. Hay que freirlas sin que lleguen a estar crujientes, que estén fritas pero tiernas.
Mientras se hacen las patatas preparamos el adobillo. En un mortero machacamos el diente de ajo con el orégano. Añadimos el vinagre, el azafrán y el agua y reservamos.
Cuando las patatas estén a nuestro gusto le retiramos parte del aceite y dejamos en la misma sartén. Añadimos el adobillo y si las dejamos un par de minutos para que el vinagre se suavice. ya las podemos consumir tal cual y freir un huevo aparte. yo he querido cuajar el huevo en la misma sartén.
El famoso cuaderno de recetas, ya tiene años, ya..
Preparamos el adobillo en un mortero.
Mientras vamos friendo las patatas.
Cuando estén fritas añadimos el adobillo y dejamos un par de minutos.
Y si queréis cuajarle uno o dos huevos encima ahora es el momento.
Un plato humilde, sencillo pero exquisito.
Dadme un buen trozo de pan y con eso y este plato seré feliz.