Es bueno tener en el congelador, siempre filetes de pescado, porque te sacan de un apuro en poco tiempo. Y el pescado congelado es una opción válida para introducir el pescado en nuestra dieta.
Prefiero el fresco, y a ser posible, producto local. Pero no siempre se tiene tiempo, dinero y posibilidad. Así es que acudimos, en estos casos, al congelado, que conserva igualmente sus cualidades. ES más, hay ocasiones en que lo que nos venden por fresco, no lo es tanto.
¡enfín, con eso hay que tener mucho cuidado!
Lo importante es comer pescado, pero con las garantías suficientes de que lo que comemos es un buen producto. Y no despreciar el congelado, que es uno de los métodos de conservación que más se utilizan y donde menos se alteran las propiedades sensoriales y el valor nutritivo. Y además de todo esto, tiene la ventaja de que se conserva congelado durante mucho tiempo, y hay una gran variedad de pescados durante todo el año. Y lo tenemos ya limpio de escamas, o espinas, y cortado en diferentes formas...
¡bueno, que parezco que soy una comercial del congelado! jajaja, pues no, no me llevo ningún tanto por ciento, jejeje.
Ingredientes:
8 filetes de rosada congelada
2 puerros si son grandes, 3 si son más pequeños
Un diente de ajo
Una cucharada de yogur
250 ml de caldo de pescado, o vegetal
perejil, aceite de oliva virgen extra y sal
y unas nueces picadas para la terminación del plato.
Preparación:
Calienta el horno a 220º
Coloca los filetes de pescado (no demasiado grandes ni gruesos) en una fuente de horno.
Salpimenta al gusto, o sala simplemente, si no puedes tomar pimienta.
Hornea cinco minutos por un lado y otros cinco por el otro. Si las piezas de pescado son más grandes y gruesas, tendrás que hornear durante más tiempo. Comprueba de todas formas que no esté crudo.
Mientras trocea en rodajas el puerro ya lavado.
Calienta aceite en una olla o sartén y dora el puerro y el diente de ajo fileteado.
Una vez que ya esté tierno, y haya cogido un poco de color, apaga el fuego e incorpora el yogur y el caldo. (Yo siempre echo menos del que tengo, y así voy añadiendo según vea la consistencia.) ¿sabes lo que yo hice también? El agua que salió de cocer el pescado al horno, se la eché a los puerros al batirlos. Todo el jugo en la salsa...
Bate bien y prueba de sal.
Cubre un plato con la salsa de puerro, pon sobre ella los filetes, espolvorea un poco de perejil picado, y unas nueces muy picadas.