Por fin, vuelta a la normalidad! Se acabaron las comilonas y las jornadas maratonianas en la cocina por lo menos para mí. Dicen que estas fiestas son las más difíciles de sobrellevar porque se dan todas las condiciones para tener las grandes broncas familiares, acabar discutiendo con la suegra, el cuñado o con todos a la vez. Puede ser difícil poner tu mejor cara delante de ese espanto de regalo que te acaban de hacer, además acabas con el estómago destrozado, y por fín, das gracias por ese maravilloso invento de los colegios, jajaja.
Cada uno sabe lo que le ha tocado sufrir o disfrutar, pero lo que es casi seguro es que todos tenemos la necesidad de comer ligero y más sano para recuperarnos de tantos excesos.
El pisto es una buena opción para empezar. Es perfecto para comerlo sólo o como acompañamiento de carnes o pescados, o incluso con pasta o huevos fritos. Es una receta archiconocida por todos, verdad? Para mí el único truco que tiene es que hay que sofreír bien todas las verduras antes de añadir la siguiente. Se puede hacer con tomates frescos en vez de salsa de tomate, pero a mi personalmente me gusta más así.
Ingredientes:
- 1 cebolla grande
- 1 pimiento verde
- 1 pimiento rojo
- 1 calabacín
- 1 taza grande de salsa de tomate (mejor si es casera)
- aceite de oliva virgen extra
- sal
Elaboración:
1. En una cazuela o sartén grande, sofreímos la cebolla picada hasta que esté transparente.
2. Añadimos los pimientos en trozos no muy grandes y dejamos que se hagan a fuego medio-bajo.
3. Una vez que los pimientos están hechos, añadimos el calabacín, sazonamos bien todas las verduras y dejamos que se hagan tranquilamente. Yo prefiero no poner sal hasta ahora porque es más fácil que se te vaya la mano con la sal si vamos poniéndole cada vez que añadimos las verduras.
4. Por último añadimos la salsa de tomate y lo dejamos unos 15 minutos a fuego lento.
Un plato perfecto para mi, sano, ligero y versátil.
¡Que tengáis un buen día!
Año nuevo, vida nueva. Tengo proyectos por terminar este año y cosas que he dejado un poco de lado, y aunque el blog me ha dado muchísimas satisfacciones también me ha quitado más tiempo del que pensaba cuando lo empecé, por lo que voy a publicar tres o cuatro veces a la semana en vez de todos los días como antes. Me gustaría que el día tuviera más horas, pero eso todavía no está en mi mano, jajaja.