No, no he pasado por ninguna escuela de hostelería ni he dirigido ningún restaurante. No he pasado del nivel de ?Bar de copas? y precisamente por ello muchos consideran que no es apropiado que le ponga nota a un restaurante o, mejor dicho, a una experiencia gastronómica en un restaurante.
También existe el espécimen "bloguero autocensurado", que no lo hace, bien por no sentirse competente, bien por no herir sensibilidades.
Yo lo he hecho y lo haré, porque lo que sí que tengo experiencia es como ?disfrutador? de restaurantes. Me encanta, me emociona elegir el próximo, planificar la visita, estudiar la carta, leer opiniones, etc? y luego le pongo nota, sí, igual que le pongo nota a las películas que veo en el cine. ¿Me convierte ello en juez?, pues evidentemente no, sólo en ?puntuador? pero como entiendo que esta práctica es más difícil de lo que parece y quiero hacerla más transparente, he decidido cambiar las notas y explicar un poco como lo haré a partir de ahora.
En primer lugar decir que la nota de cada variable irá de
La decoración: No sólo que a mi me pueda o no gustar, no, aquí se valorará el espacio entre las mesas y el espacio ?sobre? la mesa (cuanto más mejor, por si alguien lo pregunta), las sillas, la vajilla, las servilletas o el hecho de que la luz sea tan tenue que puedas confundir un bacalao con un steak tartar o te equivoques de copa. Eso por no hablar de lugares con la música escandalosamente alta o flores apestosas en el centro de la mesa.
La carta: No se trata de que sea enorme, de hecho eso no me gusta aunque no es malo en sí mismo, se trata de que sea fácil de leer, que esté ordenada, que ofrezca opciones (medias raciones, menús compuestos, etc?) y que sea inteligible y no tengas la sensación de estar leyendo algo en Kilingon.
La carta de vinos: Aquí si me gusta que tenga muchas opciones y además se valorará positivamente, tanto de referencias como de tipos de vinos (blancos, tintos, rosados, cavas, dulces, etc..). Que se ofrezcan vinos por copas o botellas de diferentes tamaños, que te asesoren o aconsejen (bien, por supuesto, no con el irritante y absurdamente caro vino de la casa).
El servicio: Del mismo modo intentaremos perder la subjetividad, no valoraré si el camarero me cae mejor o peor. Al igual que en los procesos de selección de personal, intentaremos evitar el "efecto halo" y centrarnos en cuestiones mensurables, como el hecho de servir por el lado correcto, estar disponibles sin ser obsesivos, responder a cuestiones puntuales acerca de productos de la carta y, en definitiva, mostrar interés y preparación para demostrar que tu estancia en su local les importa y les importa que quieras volver.
La cocina: Idem, no sólo es una cuestión gustativa, es que los platos reflejen técnica, personalidad coherencia?, que estén sabrosos, que resulten atractivos.
Precio: Aquí a la hora de ser objetivos nos encontramos con el problema del precio absoluto, es decir, cuanto pago por una comida, así que buscamos un ratio. Un menú de 10? puede ser mucho más caro que una comida de 100?, ya que el coste del producto utilizado puede mostrar una razón mucho menor y no digamos ya con el vino o el salario del personal. Pero aún así y explicándolo, penalizaremos al caro y el barato puntuará alto.
Experiencia: En este caso, la puntuación será absolutamente subjetiva, pues se compondrá de todos los puntos anteriores y de otras variables puntuales (supongo que incluso de la fase lunar) para dar mi sensación final. Esta variable NO formará parte de la nota media del restaurante y, ya os adelanto, ambas notas no siempre coincidirán.
Y ahora viene lo difícil, comenzar y esto lo veréis mañana mismo, cuando hablaremos de nuestro primer restaurante así puntuado, ¡un gran restaurante! que ha obtenido esta puntuación:
Y, claro está, actualizaremos nuestra clasificación de restaurantes con las nuevas puntuaciones e incluiremos algunos de los que tenemos en la sección de bares.
En fin, espero vuestras opiniones.